Por: Renzo Aguirre. Empresario. Escritor. Director de EELA Escuela de Emprendimiento. Director de la Maestría de Emprendimiento e Innovación de la Universidad Hemisferios. Creador de la Teoría de los Candados del Emprendimiento.
Créeme no solo se trata de estar en movimiento, sino de lo que hago cuando estoy en movimiento. Puntualmente, en este caso me refiero al mundo del emprendimiento: muchos emprendedores suponen que mantenerse activos se refleja en estar ocupados permanentemente. Sin embargo, la realidad no es así. No es cuestión del tiempo que permanezco ocupado, sino de la calidad y la forma en la que permanezco ocupado. Precisamente en este punto, me gustaría hablarte de lo que sí tienes que hacer para ser digno de un emprendimiento de éxito.
Pensar estratégicamente es lo primero que debe hacer un emprendedor de éxito. Tienes que ser consciente de que únicamente a través de una estrategia podrás resolver los problemas que surjan en la organización. Además, este pensamiento estratégico tendrá que ir acompañado de acciones que faculten la ejecución y el alcance de los objetivos planteados en la estrategia.
Un segundo elemento fundamental es separar los ingresos personales de los ingresos de tu emprendimiento. ¡Atención a este detalle!: la caja de tu empresa no puede ser la caja chica de tu vida personal. Si ya has caído en ese error, la manera de solucionarlo es ponerte un sueldo, porque mezclar los dos conceptos perjudica el flujo de caja de tu empresa y cualquier plan que puedas tener a futuro. Por cierto, para manejar correctamente el flujo de caja de tu empresa necesitas aprender administración financiera, mientras que gestionar tus ingresos personales tiene que ver con la educación financiera que hayas (o no) recibido.
Reinvertir las utilidades de tu negocio y aprender la importancia de apalancarse para crecer constituyen un tercer punto determinante. Cuando tomas dinero de la caja de la empresa para cubrir tus objetivos personales, pagar la casa o el carro, lo que ocurre es que te cierras a la posibilidad de reinvertir en lo que realmente te hará crecer, es decir, en el mismo negocio. En cambio, utilizar recursos de otras fuentes o entidades de forma legal es vital para prosperar, puesto que los medios siempre van a ser limitados.
En cuarto lugar, es preciso que aprendas a ser paciente. La naturaleza humana y, en especial, las nuevas generaciones, tienen una mente de buscador. ¿Esto qué significa? En otras palabras, quiere decir que piensan que los rendimientos son inmediatos y llegan con la misma rapidez que una respuesta de Google tras realizar una consulta. La realidad es bien distinta. La vida y, mucho menos, el emprendimiento, no son un buscador. Llegados a este punto, me permito darte el siguiente consejo: “Haz las cosas con sentido de urgencia y espera con paciencia los resultados; no hagas las cosas con paciencia y esperes con urgencia los resultados. Sin paciencia no verás los resultados y será esta impaciencia la que acelere tu fracaso”.
Finalmente, tienes que mejorar tu relación con el dinero, porque, de lo contrario, difícilmente tu caja se llenará. Si no valoras todo lo que el dinero puede hacer por ti, el dinero no llegará a tu vida. Es esencial que transformes tu mentalidad de la siguiente manera: pasar de irrespetar a respetar el dinero; de ser irresponsable a ser responsable de tus finanzas; del despilfarro a la frugalidad; del egoísmo a la generosidad; de la ignorancia financiera a la educación financiera; de pensamientos de escasez a pensamientos de abundancia, y de despreciar al rico a aprender de él.
En conclusión, para lograr un emprendimiento de éxito tienes que hacer exactamente las mismas cosas que hace normalmente un emprendedor de éxito. Te invito a reflexionar sobre lo que has leído y, sobre todo, te garantizo que aplicarlo te ayudará a marcar la diferencia en la dinámica de tu negocio. Nos vemos pronto.
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