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Vida laboral: ¿Qué nos espera tras el covid-19?

Por: Malka Mekler

(M&T)-. Tras un año desde la publicación del Foro Económico Mundial “The Future of Jobs Report 2020”, el futuro anunciado es parte de la realidad actual que vivimos y como explica Juan Pablo Bustamante, General Manager de WeWork Costa Rica y Perú, este informe que utilizó una combinación de inteligencia cualitativa y cuantitativa para crear una imagen de los trabajos y las habilidades necesarias para el futuro, es hoy una realidad que podemos comparar para darnos cuenta que, a pesar de la incertidumbre general que existía en ese entonces, el estudio logró aproximarse con bastante precisión a los rasgos que podemos identificar a la fecha.

Bustamante considera que el informe fue apropiado en cuanto al nivel de transformación digital que motivó la pandemia y cómo la adopción de tecnologías por las empresas llegaría a transformar las tareas, los trabajos y el canon de habilidades esperables en los colaboradores al 2025. Tal como señalaba el informe, del total de la fuerza laboral de cuello blanco que se desempeñaba en línea, un 84% de los empleadores indicó encontrarse preparado para digitalizar rápidamente los procesos de trabajo, incluida una expansión significativa del trabajo, incluida una expansión significativa del trabajo remoto.

Sin embargo, Bustamente explica que el reto real está en apoyar el trabajo remoto sin perder de vista el valor de ejercitar las habilidades sociales de interacción y trabajo cooperativo. Es por esto que, a pesar de que los empleadores, según el informe del Foro Económico Mundial, señalaron tener el potencial de mover un 44% de su fuerza laboral para operar de manera remota, muchos de ellos estaban realmente preocupados del impacto del bienestar emocional sobre la productividad.

Desde su punto de vista, una solución práctica y efectiva ante este reto es ofrecer condiciones de trabajo híbrido, en las que el colaborador tenga la capacidad de determinar qué tareas hace mejor desde su propia casa y en qué momentos requiere de un centro de trabajo.

“WeWork fue pensado para ser un espacio no tradicional de trabajo que fomente la cultura organizacional y que aporte significativamente al sentido de comunidad. Así es como desde que abrimos nuestra primera ubicación en Nueva York, en 2010, nos hemos convertido en una opción de centro de trabajo comprometido con brindar soluciones laborales que contemplen el uso óptimo de la tecnología, la oferta de espacios inspiradores para trabajar y el acceso a experiencias laborales únicas”, explicó.

El cambio en las dinámicas de trabajo y la necesidad de evaluar mejor las necesidades y condiciones de trabajo de los colaboradores es más importante que en el pasado. Según lo establecido por “The Future of Jobs Report 2020”, el 40% de las competencias clave que poseen los trabajadores deberá actualizarse para satisfacer las demandas de los mercados laborales futuros que se clasifican principalmente en cuatro tipos: resolución de problemas, autogestión, trabajo con personas, y desarrollo y uso de tecnología.

Ante este panorama, Bustamante considera que para conocer mejor a sus colaboradores las empresas se enfrentan a la necesidad de invertir en mejores métricas de capital humano, las cuales deberían combinarse con la rendición de cuentas. Para empresas como WeWork, quienes tiene como propósito brindar las mejores condiciones para el desarrollo de los colaboradores, se ha pensado también en este aspecto y es por eso que cada sitio de trabajo colaborativo cuenta con el apoyo de facilitadores que animan el desarrollo de eventos profesionales y sociales que no solo reafirman la noción de equipo y cultura organizacional, sino que refuerzan las interacciones positivas entre las personas que integran una empresa.

Para la evolución digital del colaborador también es necesario contar con la infraestructura adecuada. “Esta infraestructura puede ser física, incluida la conectividad, los espacios adecuados para reuniones e intercambios, el acceso a áreas privadas exentas de ruido para poder concentrarse; o bien, infraestructura blanda como puede ser la cultura organizacional y la comunicación interna; todos estos aspectos que suelen ser trascendentales para el éxito de los procesos de creación de capacidades, en ocasiones son pasados por alto, pero por ello no dejan de ser de altísima relevancia”, explicó Bustamante.

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