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Transformación en la comunicación escrita


Por: Aldo Ariel Rios, Economista & Banquero (M&T)-. Formas de socializar, de estudiar, de investigar, acostumbrados todos ya a tener todo a la mano, cada día somos más exigentes en cuanto a rapidez y eficiencia, inclusive ya casi no nos sorprendemos cuando la inteligencia artificial de las plataformas digitales acierta en nuestras necesidades o intereses.

A pesar de todo lo anterior, seguimos siendo seres humanos con sentimientos y necesidades de socializar, de reunirnos, de disfrutar la compañía y una buena conversación con familiares, amigos, compañeros etc., y es que esta es la esencia de todos nosotros, no podemos o al menos pienso, que no es recomendable vivir como ermitaños de manera permanente, esto es una realidad, parte de nuestra razón de ser como seres humanos, independientemente de la generación que seamos.

Sin embargo, en ese proceso de adaptabilidad, del que también los seres humanos somos capaces de administrar, nos corresponde entonces alinearnos con los procesos de transformación, ajustar dinámicas del diario vivir y encontrar los beneficios de esas nuevas formas de hacer las cosas, sin dejar de lado prácticas básicas y que en la esfera que sea, siempre hablarán por nosotros y nos permitirá lograr el balance que se requiera.

Por ejemplo, si bien hoy las cartas escritas enviadas por correo son las menos usuales, vemos con frecuencia que buscamos formalizar asuntos manteniendo el formato tradicional de las cartas, pero manteniéndolas vigentes al crearlas y enviarlas digitalmente, sin embargo, nuestras comunicaciones de hoy se basan en el famoso “email” o correo electrónico, desde que Raymond Samuel Tomlinson envió el primero en octubre de 1971. Hoy esta gran herramienta del mundo de las comunicaciones no solo se mantiene vigente, sino que ha ido evolucionando y se ha convertido además en el medio de validación y creación de otros medios digitales de comunicación que han tomado altísima relevancia, representando inclusive formas universales de mantenernos muy conectados.

Todo lo anterior ha venido además con la desafortunada tendencia a desvirtuar nuestro lenguaje, formalidades y maneras hasta desprolijas de la escritura, adoptando y hasta normalizando palabras, expresiones y modismos nuevos o inexistentes.

El llamado es a que maximicemos el uso de la tecnología y la digitalización en las herramientas de comunicación, en beneficio siempre de nuestra productividad y eficiencia pero sin desmejorar el profesionalismo, buenas costumbres y buen uso del idioma, para ello, todas las plataformas comúnmente hoy utilizadas nos permiten no solamente agilizar nuestras tareas con la rapidez con la que no contábamos hace más de 30 años, pero permitiéndonos además mantener el protocolo de nuestras comunicaciones escritas, teniendo presente que este buen uso refleja además nuestro profesionalismo y hasta bagaje cultural al practicar en el día a día reglas básicas de ortografía, gramática, puntuación entre otras.

Tenemos una labor fundamental en enseñarles a las nuevas generaciones que las herramientas digitales de comunicación no están exentas del buen uso del idioma y que las mismas deben atenderse con conciencia, definición de objetivo, respeto y altos valores, sin dejar de estar siempre muy abiertos a que esta actividad no escapa de la constante transformación, mejoramiento y modificación.

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