Casi nadie anticipó que la tensión entre algunos bancos regionales en Estados Unidos y en un banco global empujarían hacia abajo los precios del petróleo.
Por Isaac Cohen Analista y consultor internacional, ex-director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.
(M&T)-. Cabe recordar, el año pasado la guerra en Ucrania empujó los precios del crudo a más de US$120 por barril, con los precios de la gasolina en Estados Unidos arriba de US$5 por galón.
Mientras que los mercados globales se ajustaban a los nuevos flujos comerciales causados por la guerra, este año los precios del petróleo disminuyeron hasta US$75 por barril, en medio de preocupación porque el rebote en la economía de China, el mayor importador mundial de crudo pudiese otra vez empujar hacia arriba los precios del petróleo.
Sin embargo, el mes pasado la tensión en los bancos regionales de Estados Unidos y la terminación de un banco global de Suiza, interpretados como señales de recesión inminente, empujaron los precios del crudo al nivel más bajo en 15 meses, por debajo de US$70 por barril, mientras que las acciones energéticas se desplomaron casi 6%, el sector de peor desempeño del índice bursátil S&P 500.
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Pero sin esperar el anticipado rebote en la economía de China, el domingo pasado la Organización de Países Exportadores de Petróleo y Rusia anunciaron recortes en la producción por encima de un millón de barriles por día, empujando los precios del crudo a más de US$80 por barril.
Por ende, ha retornado el espectro de crecientes presiones inflacionarias causadas por los altos precios de la energía, con algunos analistas pronosticando US$140 por barril hacia fin de año.
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