La gestión empresarial engloba la administración y desarrollo de los giros de negocio comerciales, considerando para estos efectos temas de índole gerencial y estratégico, pero a la vez de carácter aplicativo y operativo, aspectos que requieren un sustento de corte jurídico que permita el correcto desenvolvimiento de las operaciones, así como su respaldo en un instrumento legal de refuerzo.
Por Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D, Asesor y analista financiero, abogado, profesor e investigador.
(M&T)-. Su sustento debe ser dado en figuras de corte jurídico que maximicen la ejecución lucrativa y operativa, la cual no es ajena a la influencia del entorno, la evolución tecnológica, los requerimientos del mercado, además de la existencia de cambios normativos que pudiesen influenciar las patologías contractuales.
En línea de lo anterior, y en un análisis del entorno y la evolución empresarial, pueden ubicarse algunas tendencias de interés en materia jurídico-comercial tecnológicas, entiéndase, en el uso de figuras de corte legal y contractual, que permitan un mejor y más expedito flujo de los negocios, y en respuesta al dinamismo del mercado actual. Es así que pueden observarse las siguientes tendencias de interés para el 2023 en términos empresariales.
Smart contracts comerciales: conocidos como contratos inteligentes, y que responden a acuerdos previos de las partes, que al disponer las cláusulas, proceden a programar un algoritmo blockchain que ejecuta el contrato a posterior, cuando el hecho futuro y posible se materialice.
Su uso comercial es dado para la gestión de cuentas por cobrar y la ejecución de garantías de cobro, así como en negocios que dependen del azar y la especulación, tales como los mercados financieros, la inversión en valores, e incluso las apuestas deportivas, evitando así ulteriores procesos de cobro judiciales al ejecutarse automáticamente la garantía y el traspaso pecuniario.
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Servicios etéreos y virtuales: ligado de forma directa a la gestión empresarial en el Metaverso, señalando ser un nicho de mercado de interés, donde se operacionaliza un avatar empresarial para su interacción en este espacio virtual, pero no con enfoque a la compra y venta de espacios virtuales o NFTs (non fungible tokens), sino más bien para la venta misma de servicios virtuales dentro del constructo en cuestión, precisando la generación de una patología comercial de compra y venta de elementos etéreos gestionada bilateralmente entre los avatares que interactúan entre si, los cuales parecen estar fuera del alcance normativo del Derecho.
Atención personaliza IA: basada en la IA (inteligencia artificial), la cual es utilizada, tanto para la gestión de la venta propiamente, así como para el cierre de una posible negociación en un proceso de venta, con la salvedad de no ser realizada por una persona física con representación de la empresa, sino más bien, el contrato y cierre de la transacción es dado por la misma IA, implicando así la generación y cesión de derechos para una entidad no humana, la cual debe contar con los poderes suficientes para ejercer el comercio en nombre de la entidad que representa.
Derecho marcario del Metaverso: aunque este espacio de realidad virtual, en principio, parece estar fuera del alcance de alguna regulación particular, la protección marcaria y de derechos de propiedad intelectual no debe ser un aspecto al cual no se le preste importancia. Precisamente por esto es que nace el concepto de la marca “metavérsica”, que tal cual se señala, es un elemento que agrupa bienes y servicios en este espacio, y que debe ser protegida al menos en sus mínimos comerciales, proceso extrapolable a su registro en las jurisdicciones de interés y con remisión a su tratamiento en el Metaverso propiamente
Ventas y valores cripto: aunque quizás ya no es un tendencia tan innovadora, la proliferación de transacciones en criptomonedas es evidente, dando paso a su uso como medio de pago en la compra y venta, además de ser una alternativa como garantía o bienes de inversión, no obstante, una arista de interés radica en su utilización como moneda para la emisión de acciones en las sociedades mercantiles, donde estos títulos denoten un valor, precisamente en esta moneda, dando así una mayor amplitud internacional y virtual para su venta y cesión.
Mercadeo bio-cuántico: la gestión de datos del consumidor es bastante atinente y utilizable en la práctica, donde su gestión por medio de información biométrica y más aún con su ligamen a algoritmos cuánticos de gestión, se torna posible en la actualidad, esto pues, la proliferación de ordenadores y aplicaciones basadas en la cuántica y biométrica aplicadas, es cada vez más accesible a las empresas, permitiendo así el establecimiento de relaciones de entrelazamiento cuántico de los datos del cliente, las cuales facilitan y maximizan la toma de decisiones.
Aunque una tendencia puede o no llegar a plasmarse como un elemento propio de la costumbre comercial y mercantil, solamente su uso sostenido y prueba de eficiencia lo dictan, por lo cual la diligencia y uso correcto de ellas, son sin duda necesarios.
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