(M&T)-. El comercio electrónico en Latinoamérica según el informe: “eCommerce: Realidad y Oportunidades de BPC”, creció un 60% en comparación con el año anterior, y aunque durante los últimos 12 meses se ha estabilizado su comportamiento, debido a la reapertura física de los comercios trajo una disrupción los hábitos del consumidor online.
La región está compuesta en su gran mayoría por una población joven, dinámica, muy digitalizada, y esta composición representa una gran oportunidad para comercios, banca digital y fintech entre otros, para que aprovechen lo que representa el mercado y enfoquen sus servicios para ofrecer soluciones de pago eficientes y ajustadas a las necesidades de las personas.
Hoy el usuario tiene una expectativa mayor sobre la forma como interactúa con los comercios e instituciones financieras. La velocidad de respuesta y la atención al cliente son factores que trascienden a la actividad por los diferentes canales. El onboarding (acelerar la incorporación), permite identificar al consumidor, transmitirle la confianza en su experiencia y vincularlos al uso de tecnologías para satisfacer sus necesidades de comercio por un canal digital y sin contacto.
El comercio electrónico en la región tiene una gran oportunidad para consolidar su servicio y mercados como el centroamericano son cada vez más atractivos para los diferentes proveedores de servicios y tecnologías. Durante el presente año el proceso de consolidación ha sido altamente positivo y para el 2022, su adopción será decisiva al momento de estimular a los emprendimientos en la región. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las Pymes representan alrededor de 99% del total de empresas y dan empleo a cerca de 67% del total de los trabajadores.
Como parte de las tendencias que se están consolidando con gran fuerza en la región y que a su vez que a su vez, representan una oportunidad para la industria financiera está la posibilidad de pagar a través de códigos QR o los Peer-to-Peer (P2P).
Los pagos persona a persona son parte de una nueva realidad de inclusión financiera en el continente y seguramente para el próximo año veremos cómo se consolidan aún más, ya que facilitan la transferencia de fondos entre dos personas, cada una desde su cuenta bancaria por medio de una aplicación o línea móvil. Su beneficio se ve aplicado en servicios como el envío de remesas o la oportunidad para que los restaurantes y bares permitan dividir facturas y cuentas de manera fácil, en una alternativa cómoda y rápida tanto para los usuarios como para los comercios.
También se presenta un auge en la creación de diferentes tipos de Superapps que entregan una experiencia sin fricción y que permiten acercar a la población que cuenta con poca educación financiera o que está desbancarizada, y que desde una sola aplicación ofrecen la oportunidad para acceder a servicios, compras y experiencias ajustadas a las necesidades actuales de las personas y de una manera sencilla y fácil de usar.
El uso de tarjetas de prepago virtuales se viene posicionando en Latinoamérica, no solo son una alternativa al uso del dinero efectivo, sino porque también son parte de una evolución a plásticos físicos que ofrecen los bancos y que permiten a sus clientes practicidad de uso, generar un pago de sin contacto y aportan beneficios en el control, seguimiento y acceso a sus finanzas e información personal.
Finalmente está la banca abierta (Open Banking) tendrá un gran impacto en la industria de servicios financieros y tiene como objetivo ofrecer servicios y productos complementarios para potenciar la experiencia financiera de las personas, al permitir el acceso a los datos de los usuarios a terceros, y que que incluye a diferentes jugadores de la industria (operadores móviles, bancos digitales, neobancos y fondos venture capitals, entre otros), y que se soporta en la tecnología para ofrecer un tipo de servicio de pago de principio a fin (End to end) sin fricción y de manera fluida.
Su aplicación tendrá un gran impacto en la industria de servicios financieros, y su gran objetivo es ofrecer servicios y productos complementarios para potenciar la experiencia financiera de las personas. En los últimos años, han ganado terreno importante en la industria como parte de la adopción de las nuevas tecnologías por parte de las personas, son aprovechadas para crear estrategias de canales y aliados, que ayudan a los usuarios a simplificar procesos independientemente del banco, comprobar el balance en cuenta, obtener historiales transaccionales, gestionar pagos, recibir asesorías financieras, solicitar un préstamo o acceder a un producto de un tercero asociado, de manera simple y en sólo lugar.
Los ecosistemas digitales de hoy se enfocan en generar una nueva cultura de servicio que no sólo se concentran en un modelo pago; sino que además contribuyen de manera decida en fortalecer la educación y el manejo de las finanzas, que ayuda a tomar mejores decisiones, a ahorrar y a saber cómo invertir el capital, al mismo tiempo que acerca sus soluciones a los diferentes momentos que tienen las personas en su día a día.
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