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Tasa de interés y riesgo: Fluctuación e indeterminación sistémica

La tasa de interés señala ser una variable con características dependientes y ligados a la política macroeconómica de una determinada nación, contando a su vez con una correlación directa para con temas de corte fiscal, mercantil y monetarios.


Por: Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D

Asesor y analista financiero, abogado, profesor e investigador


(M&T)-. Estos puntos que claramente repercuten en los ajustes que este valor relativo pudiese tener, tanto a la alza, así como a la baja, rubros que son observables en la oferta final del indicador en el mercado, revelándose su esencia final en la tasa activa o de colocación, y en la tasa pasiva, conocida también como la de captación.


Si bien es cierto, y con base en la doctrina usual, se entiende la tasa de interés como una variable de carácter manipulable, e incluso controlable, siendo parcialmente cierto, pues en esencia, sus movimientos y cuantificación final son definidos en gran parte por los preceptos y las decisiones de las entidades a cargo de la política económica, entiéndase los bancos centrales de los países. A pesar de esto, es de interés indicar el curioso comportamiento que las tasas de interés señalan tener en referencia a los autoajustes de mercado y la absorción del riesgo sistemático y sistémico existentes en el entorno, puntos que parecen dar una vida propia a este valor relativo y a sus fluctuaciones.


A este punto, cabe indicar que el riesgo sistemático financiero hace referencia a la incidencia de daños o perjuicios que pudiesen darse en un determinado instrumento lucrativo o institución existentes en el mercado, es decir, de forma localizada y específica, mientras que su concepción sistémica responde al entrelazamiento de diversos factores que generan una especie de efecto colateral lesivo entre los participantes del sistema y que pudiese llega a afectar, tanto a los inversionistas, así como a los valores pecuniarios en juego, repercutiendo en una afectación generalizada.


Ahora bien, llama la atención el eventual ligamen que parece darse en referencia a la gestión manipulable e influenciable de la tasa, y a los ajustes que este rubro pudiese tener por si solo en referencia a variaciones propias del mercado. En la primera aproximación logra evidenciarse un enfoque directo la toma de decisiones y los objetivos políticos y económicos, donde la relación parece tener un estrecho vínculo con la idea expansiva o restrictiva monetaria, donde en la primera se asocia a una rebaja en la tasa, mientras que en la segunda la variable tiende a incrementarse, precisando así un menor circulante en el país.


En la segunda idea, entiéndase el ajuste autónomo de la tasa, esta señala estar más ligada a cambios en el mercado dados por la demanda de la unidad monetaria asociada al valor porcentual, señalando una relación directa, o bien, marcando una incidencia inversa al ser una tasa extranjera, evidenciando movimientos en forma opuesta. Puede apreciarse para este caso, que las fluctuaciones responden de forma adyacente, pero indirectamente a la demanda monetaria, precisando ser un comportamiento ligado al principio de la fluctuación de onda cuántica, planteando resultados indeterminados de forma oscilante, discretos en su esencia, pero probabilísticamente observables.


En referencia al riesgo sistemático, la fluctuación de la tasa parece tener titubeos diversos y casuísticos, donde la discrecionalidad del fenómeno denota estar dado por la observación e influencia del gestor, por lo que su compartimiento señalaría ser inducido, destacando ser el valor porcentual redituable una especie de escudo para la mitigación de la incidencia riesgosa, no pareciendo ser una anomalía natural de movimiento relativo, sino más bien una acción derivada de la influencia de un tercero.


Caso contrario, se da para el riesgo sistémico, el cual implica una correlatividad latente a lo largo de la cadena financiera del mercado, pareciendo darse una oscilación de la función de onda para la tasa, donde los resultados finales precisan ser discretos pero indeterminados, y solamente pudiesen ser cuantificados con base en la observación directa.


La idea anterior es fundamental, pues presenta el principio de observancia y afectación, implicando que a medida que el fenómeno abordado se va estudiando, este es influenciado por el investigador, revelando así que la tasa de interés implicaría tener una fluctuación de onda en posibles resultados sistémicos, los cuales no pueden ser previamente definidos, y que señalarían ser indeterminados, precisando ajustes de la tasa en términos de este riesgo, pero que parecen ser independientes y auto determinados por el mismo sistema.


Es así que surge una hipótesis de interés, en la cual la tasa de interés parece ser un indicador con vida propia, y con la capacidad de autodeterminarse en si misma, al menos en referencia al riesgo sistémico, mientras que es influenciable por el factor sistemático, y con incidencia del observador.


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