A inicios del año 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una lista de 13 retos que podían amenazar la sanidad global, con el comienzo de la nueva década.
Por Bradley Silcox, líder y estratega de negocios senior de la industria biofarmacéutica.
(M&T)-. Uno de esos retos era la posibilidad de enfrentar una pandemia por un nuevo virus altamente infeccioso en el aire; sin embargo, no se detallaba cuándo ni a cuántos podría atacar. Poco tiempo después, ese eventual desafío se volvió una completa realidad, llegando a impactar a más de 191 millones de personas en la región de las Américas.
Si bien la pandemia por covid-19 se encuentra en un punto de transición, su impacto ha dejado en evidencia la necesidad de avanzar hacia sistemas de salud más integrales, universales, resilientes y sostenibles en aras de un mejor desarrollo social y económico de la región. Otro de los desafíos a trabajar sigue siendo la desigualdad en la atención médica, gracias a las marcadas brechas socioeconómicas a lo interno de los países y que inclusive da pie al aumento de enfermedades no transmisibles, como la diabetes o el cáncer.
Unido a lo anterior, resulta necesario en nuestra región y el mundo optimizar el acceso a los medicamentos. Cerca de un tercio de la población mundial no puede acceder a vacunas, fármacos u otros productos esenciales para la salud, lo cual pone en peligro vidas e inclusive, aumenta la resistencia a los antibióticos (RAM). Y esto también va de la mano de la necesidad de fortalecer los sistemas de vacunación de nuestros países, para reducir el impacto de enfermedades que pueden prevenirse mediante las vacunas, como el sarampión o el neumococo.
Este panorama evidencia la necesidad de un mayor compromiso de los gobiernos, de apoyo entre los diferentes actores del sector y de asignación de recursos hacia los servicios de salud. No hacer nada ahora, implicará un mayor costo a futuro.
Entonces, ¿Qué soluciones se pueden implementar?
La demanda de servicios en salud ha ido cambiando debido a la existencia de poblaciones más longevas, a la aparición de nuevas enfermedades, a los avances tecnológicos, a la falta de infraestructura e incremento de enfermedades crónicas. Ante esta realidad y los otros desafíos a afrontar, resulta necesario establecer alianzas público-privadas, en donde los diferentes actores del sector podamos trabajar juntos para cambiar modelos de salud estándar por unos que generen más valor y sean más sostenibles.
Una práctica de gran relevancia y que irá cobrando aún más fuerza en los próximos años, son los acuerdos innovadores de acceso. Es decir, aquellos que plantean soluciones basadas en evidencia del mundo real, para optimizar la atención y experiencia del paciente y al mismo tiempo, contribuir con el fortalecimiento y la sostenibilidad de los sistemas de salud. Esto es algo que, bajo mi liderazgo, hemos venido implementando en la empresa para la cual laboro, de la mano con gobiernos, profesionales de la salud y otros actores.
Otra de las tendencias en auge es el desarrollo y la utilización de la tecnología digital en la salud pública y privada. Si bien su uso venía en incremento, es a partir de la pandemia por covid-19 que la digitalización se volvió un recurso indispensable para la atención médica. Crear plataformas para mejorar las experiencias de los pacientes y apoyar a los profesionales de la salud, tanto en la ejecución de sus labores de consulta como para su educación continua, resulta necesario para tener sistemas de salud más integrales.
En esta misma línea, la llegada de las healthtechs y start-ups también está transformando la atención en salud, al proveer soluciones con base en datos que facilitan las labores de profesionales del área, sistemas hospitalarios y de los gobiernos. Nuestro rol como miembros activos del sector es aliarnos con estas nuevas figuras para crear entornos más sostenibles a futuro, donde la digitalización supere expectativas y el beneficiario sea la salud pública.
Como ejemplo de ellos, desde nuestra compañía hemos trabajado junto a un start-up en el desarrollo de una plataforma para pacientes con depresión llamada “Depresión y Vida”, la cual les conciencian, les proporcionan información y les permite agendar consultas con médicos especialistas.
¡Es momento de ir hacia adelante!
Y como dijo Tedros Adhanom, director de la Organización Mundial de la Salud, “de darnos cuenta de que la salud es una inversión a futuro”. Ningún gobierno, empresa u organización puede cerrar la brecha de salud por sí solo, para ello quienes trabajamos en el sector debemos unirnos y aportar, tanto nuestra experiencia como capacidad innovadora y recursos, en búsqueda de un mundo más saludable para todas las poblaciones.
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