Por Isaac Cohen, Analista y consultor internacional, ex-Director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.
Las reuniones virtuales del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional finalizan esta semana, con optimismo y cautela. El optimismo se deriva de la proyección que la economía mundial está saliendo de la caída de 3.3 por ciento causada por la pandemia en 2020, la peor en tiempos de paz desde la Gran Depresión del siglo pasado.
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Las proyecciones revisadas por el Fondo para 2021 colocan el crecimiento económico mundial en 6 por ciento, la tasa más alta registrada desde que comenzaron a recopilar cifras comparables en 1980.
Entre las economías avanzadas, la proyección para Estados Unidos es de crecimiento de más de 6 por ciento ante el creciente apoyo fiscal, mientras que también proyecta crecimiento vigoroso para este año de 8 por ciento en China y 11.5 por ciento en India.
No obstante, la nota de cautela se origina en el hecho de que en el resto de la economía mundial el Fondo estima que 150 economías aún no retornarán a los niveles de ingreso alcanzados antes de la pandemia en 2019. Por ende, la justificada descripción de una recuperación en forma de la letra “K,” o las “recuperaciones divergentes” indicadas por el título del Panorama Económico Mundial del Fondo.
Para evitar una desaceleración en la recuperación y una profundización de la desigualdad entre las economías del planeta, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos Janet Yellen propuso aumentar las vacunaciones en los países de ingreso bajo y mediano y recordó una lección de la anterior crisis financiera, “no retirar el apoyo muy rápidamente.” (Washington Post 04|06|21).
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