Desde el e-commerce hasta las cadenas de abastecimiento tendrán una evolución mucho más acelerada, lo cual traerá mayores vulnerabilidades y riesgos.
El mundo ya experimentó un aumento de estafas con temas relacionados a Coronavirus. Desde ataques de malware, hasta intentos de phishing, donde los ciberdelincuentes se hacen pasar por funcionarios de salud, expertos médicos y altos ejecutivos para engañar a los usuarios.
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La siguiente etapa de ataques está por venir, de acuerdo a Ángel Salazar, Gerente General de Soluciones Seguras en Guatemala, las empresas pueden esperar mayores riesgos, a partir de una fuerza de trabajo remota, una expansión del perímetro de seguridad y mayor uso de Wi-Fi público, por ejemplo.
“A medida que crece la demanda por sistemas digitales y teletrabajo, también veremos mayores ataques a dichos activos. Podemos prever un aumento en los errores en sistemas causados por ciberdelincuentes y exacerbados por errores humanos”, explica Salazar.
En este panorama, las empresas tendrán que desarrollar mejores políticas de detección de riesgo y estar más atentas a nuevos y recurrentes ataques. Los expertos de Soluciones Seguras anticipan las siguientes amenazas:
– Aumento de ransomware: Las demandas de rescate a cambio de datos crecerá en los próximos meses, sobre todo en grandes corporaciones. También crecerán ataques en un nuevo formato, llamado ransomware dual donde los atacantes roban datos, los cifran o bloquean, exigen un rescate inicial para las claves de descifrado y un segundo rescate para purgar o eliminar los datos.
– Las estructuras físicas serán un blanco apetecido: Los hackers no solo apuntarán a los datos de los usuarios, también tienen planes para atacar infraestructura física de las compañías. Esto incluye desde infraestructura para electricidad hasta equipos médicos. A medida que el Internet de las Cosas (IoT) continúa su expansión, este tipo de ataque será más frecuente.
– La cadena de abastecimiento podría sufrir: Un 94% de las compañías Fortune 500 reportaron interrupciones en su cadenas de abastecimiento por el COVID-19, según un reporte de la consultora KPMG. En los próximos meses, esas interrupciones podrían ser ocasionadas por criminales cibernéticos, lo cual genera una mayor necesidad de políticas de detección y respuesta ante amenazas.
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