La Universidad Francisco Marroquín (UFM), a través del Centro de Emprendimiento Kirzner, presentó el décimo Reporte Nacional de Emprendimiento para Guatemala, informe que analiza las características de los emprendedores en el país y de sus negocios, con una representatividad estadística a nivel nacional. Este análisis se lleva a cabo implementando una metodología estandarizada aplicada en 50 economías alrededor del mundo, con los cuales es posible comparar los resultados obtenidos.
Los datos presentados muestran que, de los 50 países analizados, Guatemala ocupa la cuarta posición como uno de los países en donde la mayoría de su población está interesada en arrancar un negocio en los próximos 3 años. Actualmente, 2.7 millones de guatemaltecos generan ingresos emprendiendo un negocio. A pesar de los altos niveles de emprendimiento que se reportan en el país, los negocios que se desarrollan son de baja escala. Más de la mitad (58%) se inicia con una inversión inicial inferior a Q10,000 (unos US$1,285) y generan en promedio 1.3 empleos.
Esta situación merece una reflexión acerca de las principales restricciones que les impiden a los negocios aumentar su escala, dentro de las cuales destacan:
Limitadas oportunidades de empleo formal
Emprender un negocio se ha convertido en la respuesta principal para generar ingresos para aquellas personas que no encuentran un empleo formal y no se arriesgan a migrar ilegalmente a los Estados Unidos. En los últimos 7 años el déficit de empleo formal en Guatemala ha aumentado en un millón de plazas de trabajo. Por lo tanto, emprender un negocio ha dejado de ser una decisión pasajera para generar ingresos y se ha convertido en una apuesta permanente. Del total de personas que aportan la mayoría de los ingresos para sus hogares, el 53.3% los generaba emprendiendo un negocio.
La mayoría de los negocios no se registra: El 64.6% de los emprendimientos en fases tempranas opera de manera informal, pero a medida que los negocios superan los 3.5 años de operación la tasa de informalidad se reduce al 48%.
Limitado acceso a infraestructura
El 71% de los clientes de los emprendedores se ubica en su comunidad, pueblo o aldea. Únicamente el 6% tiene clientes en otros departamentos del país. La limitada conectividad que tienen los emprendedores entre aldeas, municipios y departamentos, restringe el mercado al que tienen la posibilidad de servir.
Productos financieros poco sofisticados
Los expertos consideran que en Guatemala son limitadas las fuentes de financiamiento para los negocios nuevos, siendo los inversionistas informales -familiares y amigos- (38%) y el endeudamiento bancario (13%) las fuentes identificadas como más accesibles. Según la encuesta para emprendedores, el 58% aporta el 100% de la inversión inicial para arrancar su negocio y únicamente el 7% obtiene recursos de instituciones financieras. Por lo tanto, todavía existe bastante espacio para innovar en el desarrollo de productos financieros que se ajusten a las necesidades de los emprendedores identificados en el estudio.
La inseguridad
El simple hecho de ser un emprendedor hace que las personas tengan una mayor probabilidad de ser víctimas de algún delito. Un emprendedor es asaltado 1.5 veces más que un guatemalteco no emprendedor. El 34.3% de los emprendedores reportó haber sido víctima de algún delito en el último año. Del total de personas que reportaron haber sido víctimas de extorsión el 70% tenían un negocio. La situación de inseguridad que enfrentan los emprendedores los desincentiva a hacer visibles sus negocios, ya que aquellos que cobran mayor notoriedad son los que tienden a ser víctimas de algún delito.
Desde el 2014 hasta la fecha, Guatemala ha ocupado el primer lugar como el país en donde el emprender un negocio es considerado como la opción más deseable para generar ingresos. No obstante, en los últimos 11 años no han ocurrido grandes mejoras en el entorno para emprender. La ausencia de acciones concretas para impactar positivamente la operación de los negocios (reducción y simplificación de trámites para abrir y operar negocios, acceso a infraestructura productiva, garantizar la seguridad de las personas y su patrimonio, certeza jurídica sobre las inversiones, eficiencia en la operación de puertos y aduanas) ha ocasionado que los desafíos para emprender en el país se agraven en los últimos años. Además, la emergencia sanitaria y económica ocasionada por el covid-19 incrementa el sentido de urgencia con el que se deben implementar cambios para propiciar la recuperación económica.
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