Por: Alejandra Ordoñez
(M&T)-. Las pymes son generadoras de 60 millones de empleos en la región y se constituyen como el gran motor económico de América Latina y el Caribe, de acuerdo con información del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA).
Éstas representan el 90% de las empresas de América Latina y generan más de la mitad de los empleos y una cuarta parte del PIB. Según el Banco de Desarrollo de América Latina, se calcula que cerca del 60% de latinoamericanos trabajan en empresas de cinco o menos empleados.
De ahí que una de las áreas que ha resultado afectada a causa de la pandemia de covid-19 en toda la región tiene que ver con las pequeñas y medianas empresas. Es precisamente en este sector en donde se ha experimentado un cierre definitivo de alrededor del 20% de emprendimientos familiares.
Por su parte, la Cepal señala que en 2020 podrían haber cerrado 2,7 millones de empresas, equivalentes a 19% de todas las firmas de la región.
Impacto económico de la crisis
Información de Cenpromype revela que la mayoría de los indicadores económicos de las micro, pequeñas y medianas empresas se han visto afectados como resultado de la pandemia, en especial el nivel de facturación (72% de empresas). Además, el 45% de las mipymes redujeron su empleo en el año 2020 con relación al 2019, un 35.9% lo mantuvo y un 19.2% lo aumentó. Las empresas que tuvieron un peor comportamiento en cuanto a la evolución del empleo en 2020 fueron las medianas y pequeñas, con saldos de evolución negativo (-40.5% y -39.5% respectivamente).
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Mientras tanto, la percepción del comportamiento del empleo para este año resulta más favorable, ya que el 37.4% de las mipymes señalaron que aumentarán su empleo, el 53.8% lo mantendrán y 8.9% lo disminuirán.
Por otro lado, en lo que a ventas se refiere, la pandemia ha provocado una fuerte caída de los ingresos percibidos. De acuerdo con el informe Impacto económico de la pandemia COVID-19 en las Mipymes de Centroamérica, a cargo de Cenpromype y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), el 64.7% señala haber reducido sus ventas en 2020, el 19.3% consiguió mantenerlas y un 16% las aumentó.
Para el consultor Pablo Blanco, el panorama de este sector es retador, ya que estas empresas son los agentes económicos más afectados por la pandemia debido a la contracción de la demanda. “Actualmente todas estas empresas tienen el reto de poder innovar y encontrar nuevos nichos de mercado, y sobre todo, de focalizar sus esfuerzos para mantenerse vigente y lograr liquidez”, explica.
Desafíos a vencer
El informe de Cenpromype y SICA resalta que al analizar el tipo de empresa, los datos muestran que la crisis generada por la pandemia ha impactado de manera más negativa en las microempresas en las variables de rentabilidad (78.0%) y productividad (72.5%).
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Lo cierto es que a pesar de su importancia, las mipymes y pymes de la región enfrentan una serie de desafíos que limitan sus capacidades para desarrollar mayores niveles de competitividad, crecimiento y acceso a mercados internacionales e incluso, en algunos casos, para su sobrevivencia.
Uno de estos desafíos es el financiamiento, el cual generalmente es necesitado para invertir en el negocio, comprar un local, adquirir activos para mejorar la gestión de la empresa, optimizar el flujo de caja o refundir deudas comerciales, entre otras cosas.
Los datos revelan que el 29.1% de las mipymes regionales solicitó líneas de financiación a entidades de crédito, y de este porcentaje, el 46.6% de las solicitudes no han sido concedidas. “El acceso a financiamiento ha sido un grave problema para más de la mitad de las mipymes centroamericanas durante la pandemia. Se puede observar cómo la mayoría de las condiciones contractuales entre las entidades financieras y las mipymes presentan una evolución desfavorable”, refiere el informe.
Por su parte, Blanco expone: “Hoy en día podemos ver perfiles de emprendedores que no son sujetos a créditos, porque es común que este tipo de empresas carezcan de cultura financiera y control en este tema y eso definitivamente afecta el crecimiento de las mipymes”, indica el consultor.
Surgen apoyos
En los países de la región son varios los esfuerzos que se están dando a nivel público y privado para suplir las necesidades financieras que presentan las pequeñas y medianas empresas.
Por ejemplo, en Guatemala, a principios del 2021, el Ministerio de Economía (MINECO) anunció que los propietarios de mipymes tendrían a su disposición recursos prestables por Q22 millones (unos US$2.84 millones) provenientes del Fideicomiso “Fondo de Desarrollo de la Microempresa, Pequeña y Mediana Empresa”, los cuales se ofrecen como un producto financiero a través del Crédito Hipotecario Nacional (CHN).
Mientras tanto, en lo privado, son varias las entidades bancarias que actualmente cuentan con productos financieros dirigidos a las micro, pequeñas y medianas empresas. Una de estas es Banco Agromercantil, Bam, que recientemente anunció que recibió por parte de BID Invest, un préstamo de US$70 millones, con el objetivo de fortalecer su capacidad para dar créditos pymes, a fin de potenciar su productividad y desempeño.
Por su parte, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) también ha desembolsado al sistema financiero en Guatemala un total de US$32 millones, permitiendo impactar a 1,123 micro y pequeñas empresas. El 19% de estos fondos se han destinado a financiar operaciones de la microempresa, 45% a la pequeña y 36% a la mediana. Estos recursos están disponibles a través de entidades como el Banco de Desarrollo Rural (BANRURAL), Banco Industrial (BI) y Banco INV. S.A.
Por otro lado, recientemente el BCIE también dio a conocer que microempresarios de zonas rurales de Costa Rica contarán con recursos para capital de trabajo e inversión, así como para reestructuraciones de créditos que mejoren su liquidez gracias a un nuevo desembolso por US$3 millones realizado a su aliado financiero Coopeservidores.
Estos nuevos fondos, que se suman a los US$4 millones desembolsados a inicios de año a la institución financiera, tendrán especial énfasis en la recuperación económica de los sectores de comercio y turismo, y en micro y pequeñas empresas lideradas por mujeres.
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