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Preocupa contrabando porcino en Guatemala

CODECOF trabaja en generar espacios con dependencias del Estado, gobiernos locales y líderes comunitarios, para unir esfuerzos y lograr la oportuna identificación de casos que permitan actuar con prontitud y certeza jurídica.

(M&T)-. Según datos proporcionados por la CODECOF, la red que comete este delito opera a través de dos modalidades: el comercio ilícito de cerdos gordos provenientes de México que son ofrecidos a comerciantes locales para venderlos en mercados municipales y el otro es el comercio ilícito de cerdos para genética, comercializados principalmente en Jutiapa, Zacapa y Chiquimula.

Este delito es más común en los departamentos de Huehuetenango (Nentón y La Democracia); Quiché (Franja Transversal del Norte); Quetzaltenango (San Juan Ostuncalco); Alta Verapaz (Cobán); San Marcos, Retalhuleu, Petén, Jutiapa y Chimaltenango (en Tecpán, la entrada al pueblo y el mercado municipal).

“El contrabando en este sector afecta el comercio formal porcícola ya que propicia la caída en los precios del mercado e incluso ha logrado que muchos porcicultores legalmente establecidos abandonen esta actividad por los precios desleales que se encuentran en el mercado”, explica Axel Romero, gerente de gestión de la Comisión de Defensa del Comercio Formal (CODECOF).

Esta red está integrada por comerciantes, transportistas y faenadores, entre otros; quienes no cuentan con los permisos sanitarios que emite el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) ni pagan impuestos por su ingreso en el país, utilizando pasos de trasiego sin controles oficiales. 

Preocupa enfermedades por falta de control sanitario

Dentro de las enfermedades de riesgo que pueden ingresar actualmente a la piara nacional por el contrabando se encuentran: la Peste Porcina Africana, el Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (PRRS), Ojo Azul y Aujeszky (Pseudorrabia).

En 2011 el país se vio afectado por la Peste Porcina Clásica (PPC) que dio como resultado la reducción del consumo de carne de cerdo por la desconfianza de los consumidores, así como la reducción en las exportaciones debido al cierre de fronteras y la pérdida del patrimonio nacional para controlar la enfermedad.

Históricamente en Guatemala han ingresado dos enfermedades por la falta de controles sanitarios que ocasiona el contrabando: La Peste Porcina Clásica, que ingresó de El Salvador en 1930; y la Diarrea Epidémica Porcina, proveniente de México en 2015.

“Para los porcicultores es importante que las autoridades realicen más operativos en carreteras y rastros clandestinos para el decomiso de animales vivos, productos y subproductos que ponen en riesgo el estatus sanitario del sector porcino y propician la competencia desleal para los productores”, agrega Romero y alerta sobre la atención que requiere el faenado (corte de la carne) que se realiza en rastros clandestinos, lo cual está prohibido en nuestra legislación y permite que los animales ingresados de contrabando tengan espacios para su incorporación en los mercados cantonales, vulnerando la salud pública por no tener los controles sanitarios establecidos.

Otro tema importante para el sector es que se establezcan estrategias público-privadas, se realicen los operativos de incautación y se cuente con los espacios o terrenos adecuados en los departamentos donde más se presenta este delito, para que las autoridades procedan de inmediato a la destrucción de estos productos y no se vulnere la salud de la piara nacional ni se ponga en riesgo a los consumidores.

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