Por Miguel Soto
Para una región que tradicionalmente sustentaba sus necesidades económicas con actividades agrícolas y textiles como lo es Centroamérica, la Inversión Extranjera Directa (IDE) es un motor de progreso que le ha permitido ofrecer mejores condiciones para sus habitantes y ser más competitivos con respecto al resto del mundo.
Por ejemplo, recientemente, el gobierno de Costa Rica anunció la inversión de alrededor de 5 millones de euros por parte de la Unión Europea para la construcción de infraestructura que acompañe el tren eléctrico de pasajeros en ese país.
Por otro lado, China invirtió un total de 350 millones de dólares para la construcción de una represa en el río Patuca, en Honduras. Y así como estos ejemplos existen decenas de otros. Pero ¿qué hace que esta zona sea foco de inversión de estos países?
De acuerdo con la publicación “¿Por qué Invertir en Centroamérica?” — del Dr. Roy Zúñiga, decano del INCAE Business School y el Dr. Roberto Artavia, de Latinoamérica Posible — las razones van desde lo regional, hasta lo propio de cada país:
En primer lugar es una zona geográficamente privilegiada (entre el Océano Pacífico y Atlántico, América del Norte, Europa y África). Lo que ha llevado a las administraciones a tomar provecho de ello e impulsar medidas para la agilización del intercambio comercial. Tales como la reducción de niveles arancelarios, procesos de privatización y tratados de libre comercio, como es el caso de CAFTA, en el caso de América del Norte, o con China.
En términos específicos, Costa Rica, por ejemplo, ha hecho esfuerzos importantes para dejar de lado su modelo primordialmente agrícola y pasar a uno de servicios y desarrollo tecnológico. En el caso de Guatemala y El Salvador, han controlado su balance fiscal e implementado políticas monetarias claras y sostenibles. Con el fin de atraer inversionistas.
A pesar de que la región ha experimentado un crecimiento constante, producto de estas inversiones y los cambios hechos para atraerlas, no queda libre de penas. El tema de infraestructura pobre es uno que continua aquejando. Sin embargo, también representa una oportunidad de inversión para las potencias. Como se menciona en los ejemplos de arriba.
Queda como reto que la región solucione los problemas de gobernación e inseguridad y continúe implementando la tecnología como parte de su modelo económico, si espera dejar de lado su rezago. Afortunadamente, pareciera que los esfuerzos van en la dirección correcta.
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