Por: Isaac Cohen, analista y consultor internacional, exdirector de la oficina de la CEPAL en Washington.
(M&T)- Con la estrecha mayoría Demócrata de 50-49, durante el fin de semana, el Senado de Estados Unidos aprobó el Plan de Rescate propuesto por el Presidente Joe Biden. Se llama “plan de rescate” por una razón.
La economía estadounidense, aún después de más de $3 billones de alivio aprobados el año pasado, todavía necesita apoyo para superar los daños infligidos a la actividad económica por la pandemia.
Quedan todavía más de 9 millones de desempleados y la tasa de desempleo supera 6 por ciento y más para las mujeres, los afroamericanos y los hispanos.
El propósito del Plan es proporcionar alivio después de la expiración hacia fin de mes de los beneficios aprobados en diciembre, para construir un puente hasta la segunda mitad del año, cuando las vacunaciones generen la inmunidad colectiva requerida por la recuperación económica.
El paquete de rescate incluye cheques por $1,400 para individuos que ganen menos de $75,000, o $2,800 para parejas que ganen hasta $150,000 por año, con $1,400 adicionales para cada menor dependiente. Los desempleados recibirán $300 adicionales a la semana de apoyo federal, hasta septiembre.
El paquete incluye también apoyo a las vacunaciones y equipamiento médico, más fondos para el Programa de Protección del Cheque de Pago, la reapertura de escuelas y apoyo para los gobiernos locales y estatales, las líneas aéreas y subsidios para el seguro médico.
El Plan también prevé un año de pagos mensuales por $300 para cada infante menor de 5 años y $250 para los menores de entre 6 y 17 años, lo cual se estima que cubrirá 93 por ciento de menores a un costo de $100,000 millones, para reducir la pobreza infantil en casi la mitad.
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