Por Guido Vargas
La brecha entre la tasa de desempleo femenina y masculina en Centroamérica entre el período 2000-2017 ha aumentado, a pesar del considerable crecimiento del número de mujeres que se han incorporado al mercado laboral en el mismo periodo.
Según las distintas ediciones del Estado de la Región, uno de los componentes del índice que genera mayor diferencia en la estimación por género se da en términos educativos. Esto debido a que el aprendizaje efectivo es más bajo en el caso de las mujeres, generando rezagos en el capital humano, que se va acumulando entre las generaciones y se traduce en el aumento de las barreras socioeconómicas durante su etapa productiva y laboral.
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De acuerdo con los datos contemplados en Estadísticas de Centroamérica 2018, a pesar del aumento considerable en la participación de la mujer en la fuerza laboral (excepto en Guatemala), el desempleo las afecta en mayor proporción. En el caso de El Salvador, la tendencia se invierte; mientras que Panamá es el único país que logró aumentar la participación de la mujer y al mismo tiempo reducir la brecha de desempleo.
Marisol Guzmán, investigadora del Estado de la Región, afirma que es importante dar seguimiento a las capacidades que están acumulando los jóvenes en la región de cara a los retos que se presenten en los mercados laborales y la inserción efectiva de la mujer. Además, se debe incorporar los déficits de acumulación de capital humano en la fuerza laboral actual en el desarrollo de políticas educativas y programas de formación profesional y técnica para reducir las brechas en el desempleo.
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