Los dominicanos van a la Casa Blanca en busca de un buen trato
- Carlos Guisarre
- hace 3 horas
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Una delegación dominicana viaja a Washington con oportunidades claras para negociar trato arancelario con EE. UU.

(M&T)-. Una delegación oficial del Gobierno dominicano viajará esta semana a Washington D.C. para participar en la primera reunión de alto nivel con autoridades comerciales de los Estados Unidos, con el objetivo de discutir el impacto y posibles ajustes ante la nueva disposición arancelaria anunciada por la administración estadounidense, que contempla un incremento global del 10% en sus tarifas.
La comisión dominicana, encabezada por los ministros Víctor –Ito– Bisonó (Industria, Comercio y Mipymes), Roberto Álvarez (Relaciones Exteriores) y José Manuel Vicente (Hacienda), se reunirá este martes con Jamieson Greer, representante de Comercio de los EE. UU., junto a parte del equipo del USTR (Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos).
La disposición arancelaria estadounidense plantea un desafío regional. No obstante, República Dominicana llega a la mesa con ventajas comparativas clave y una estrategia bien articulada. Como uno de los socios más estables y cercanos de EE. UU. en el Caribe, el país se posiciona con margen para negociar excepciones o mecanismos de flexibilización que minimicen el impacto sobre sectores productivos sensibles.
Analistas destacan que hay oportunidades concretas para que la delegación dominicana proponga una agenda de cooperación que resalte los intereses mutuos en áreas como nearshoring, manufactura, agroindustria y tecnología. En particular, República Dominicana podría presentar a EE. UU. un portafolio de incentivos para que empresas estadounidenses trasladen o amplíen operaciones en su territorio, como parte de la estrategia hemisférica de reubicación de cadenas de suministro fuera de Asia.
En términos geoestratégicos, el país representa una plataforma logística privilegiada para el comercio hemisférico, con acceso a puertos modernos, zonas francas especializadas y acuerdos comerciales como el DR-CAFTA. Estas condiciones podrían convertirse en carta de negociación para demostrar que mantener condiciones comerciales preferenciales con República Dominicana favorece tanto la competitividad regional como los intereses industriales estadounidenses.
Además, el país caribeño tiene la posibilidad de destacar el rol de sus exportaciones en rubros estratégicos para EE. UU., como productos médicos, textiles, componentes eléctricos y alimentos procesados, que integran cadenas de valor norteamericanas. La delegación también podría enfatizar la colaboración en temas de trazabilidad, estándares laborales y sostenibilidad ambiental, asuntos que son clave para la política comercial de la administración actual.
La rapidez con la que República Dominicana respondió a la disposición arancelaria ha sido destacada por sectores diplomáticos. El 3 de abril, apenas un día después del anuncio oficial del gobierno estadounidense, el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes encabezó una sesión extraordinaria del Gabinete Presidencial para el Desarrollo de las Exportaciones, que articuló a instituciones públicas y representantes del sector privado.
Desde entonces, se establecieron mesas técnicas intersectoriales y se conformó una comisión permanente para evaluar el impacto de la medida. A través de cartas enviadas por el canciller Roberto Álvarez, el Gobierno dominicano solicitó formalmente iniciar un canal bilateral de conversación con funcionarios estadounidenses. La reunión de esta semana es resultado directo de esas gestiones.
Con este encuentro, República Dominicana se convierte en uno de los primeros países de América Latina en entablar conversaciones formales con EE. UU. sobre la medida arancelaria, reflejando su voluntad de asumir un rol constructivo en defensa de su aparato productivo. El Gobierno dominicano ha reiterado que valora profundamente la relación bilateral con los Estados Unidos y está comprometido con mantener canales permanentes de comunicación, transparencia y entendimiento mutuo.
La reunión en Washington no solo representa un espacio de negociación, sino una oportunidad para que ambos países fortalezcan su alianza económica bajo una visión estratégica compartida de estabilidad, resiliencia comercial y cooperación regional.