Por: James Hernández, Presidente y Cofundador de Trust Corporate. (M&T)-. Las pymes en Latinoamérica conforman una amplia oferta que se extiende desde proyectos de innovación con alta tecnología, una gran capacidad de exportación hasta pequeños modelos de autoempleo con superlativo nivel de informalidad.
Sin embargo, la otra cara de la moneda muestra que al momento de comenzar un emprendimiento los retos económicos, comerciales, operativos y tributarios representan un desafío que requiere una gran habilidad para no ver frustrado el proyecto.
Una vez se asume en el reto de crear un proyecto, lo primero que se necesita es crear un plan de negocio que describa fielmente la forma como se va a trabajar para así guiar su desarrollo en sus diferentes etapas.
Luego se deberá establecer el propósito del negocio, en cual se identifiquen las características, la propuesta de valor, el costo de producción, los materiales y el equipo que se requiere para producirlo. Un error que se suele cometer en este momento es la falta de claridad frente al producto o el servicio que saldrá al mercado.
La realidad indica que los emprendimientos durante los primeros años están expuestos a ciertas restricciones crediticias por lo que como alternativa para financiar el negocio, puede ser los fondos de capital privado y así asegurar su supervivencia durante esta etapa.
También está entender la parte tributaria, los impuestos, las retenciones, la propiedad intelectual y el uso licencias, una debilidad que suelen presentar los nuevos proyectos y que generan distorsiones en los números al no ser asumidas con conocimiento. Si dentro del negocio no hay una persona idónea, es mejor acudir a un profesional externo.
Las pymes llegan a un mercado en donde prevalecen empresas con trayectoria. La competencia sirve para entender las oportunidades que ofrece el sector y la forma como se están haciendo las cosas, la innovación y la creatividad ayudan a saber qué y cómo puede ofrecerse para destacarse.
Finalmente, el servicio al cliente, se convierte en un activo fundamental para toda empresa. Las estrategias de fidelización, ayudan a hacer crecer el negocio, pero también permite mantener ingresos fijos. Oír a los clientes, incluso en las inconformidades es la mejor manera de entender la forma como perciben el resultado. Hoy las personas esperan de las compañías no solo que les ofrezcan el mejor producto o servicio; sino que además se preocupen por la experiencia.
No quisiera terminar este espacio sin enviar un mensaje a los emprendedores, ¿qué pasa si fracasan? Equivocarse puede ser el primer paso para iniciar de nuevo, con mayor claridad y con el aprendizaje que sólo deja la experiencia. No hay excusa para no volverlo a intentarlo, de eso se trata el mundo de los negocios y la vida misma.
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