(M&T).- Los flujos de remesas registrados oficialmente con destino a los países de ingreso bajo y mediano aumentarán un 4,2 % este año, hasta llegar a los US$630 000 millones. Esto ocurre luego de una recuperación casi récord de 8,6 % en 2021, según la última edición de la Reseña sobre migración y desarrollo por el Banco Mundial.
Esto espera que las remesas hacia Ucrania, el mayor receptor de Europa y Asia central, aumenten más del 20% en 2022. Sin embargo, los flujos de remesas a muchos países de Asia central, cuya fuente principal es Rusia, caerán de manera drástica.
Estas disminuciones, combinadas con el aumento en los precios de los alimentos, los fertilizantes y el petróleo, pueden generar un incremento en el riesgo para la seguridad alimentaria y exacerbar la pobreza en muchos de estos países.
“La invasión rusa de Ucrania desató una crisis humanitaria, de migración y de refugiados a gran escala y generó riesgos para una economía mundial que aún lidia con los efectos de la pandemia de COVID-19”, dijo Michal Rutkowski, director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial. “La prioridad más importante para proteger a las personas contra la amenaza de la inseguridad alimentaria y el aumento de la pobreza consiste en fomentar los programas de protección social tendientes a proteger a los más vulnerables, como los ucranianos y las familias de Asia central, y también a la población afectada por el impacto económico de la guerra”.
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Durante 2021, los flujos de remesas mostraron un marcado incremento en América Latina y el Caribe (25,3 %), África subsahariana (14,1 %), Europa y Asia central (7,8 %), Oriente Medio y Norte de África (7,6 %) y Asia meridional (6,9 %).
Las remesas con destino a Asia oriental y el Pacífico disminuyeron un 3,3%, aunque si se excluye a China, registraron un aumento del 2,5 %. Sin incluir a China, los flujos de remesas constituyen la principal fuente de financiamiento externo de los países de ingreso bajo y mediano desde 2015.
Los cinco países que más remesas recibieron en 2021 fueron India, México (que reemplaza a China), China, Filipinas y Egipto. Entre las economías donde los flujos de remesas representan un gran porcentaje del PIB se encuentran el Líbano (54%), Tayikistán (34%), República Kirguisa (33%) y Samoa (32%).
“Por un lado, la crisis de Ucrania desvió la atención política mundial de otras regiones en desarrollo y de la migración económica.Por otro lado, reforzó los argumentos en apoyo a las comunidades de destino que experimentan una gran afluencia de inmigrantes”, señaló Dilip Ratha, autor principal del informe sobre migración y remesas y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD).
A nivel mundial, el costo medio para enviar US$200 se situó en un 6% en el cuarto trimestre de 2021, lo cual representa más del doble del 3%, la meta establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, según la base de datos sobre los precios de las remesas en el mundo que mantiene el Banco. La región más barata a la que enviar dinero es Asia meridional (4,3%), en tanto que la más costosa es África subsahariana (7,8%).
Los costos para enviar dinero a Ucrania son altos (7,1% desde República Checa, 6,5% desde Alemania, 5,9% desde Polonia y 5,2% desde EE. UU.). A nivel mundial, la buena voluntad hacia los refugiados y migrantes de Ucrania ofrece la oportunidad de desarrollar y probar programas que faciliten el acceso de esta población a empleos y servicios sociales en los países anfitriones, y aplicar procedimientos simplificados contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo para las transacciones con remesas de pequeña cuantía, con el fin de reducir sus costos y movilizar el financiamiento de los bonos de la diáspora.
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Tendencias regionales en las remesas
Los flujos de las remesas con destino a la región de Asia oriental y el Pacífico cayeron un 3,3 % luego de una disminución del 7,3 % en 2020. Los flujos alcanzaron los USD 133 000 millones en 2021 y se acercaron a los niveles de 2017. Sin incluir a China, las remesas en la región aumentaron un 2,5 % en 2021. Las remesas enviadas a Filipinas se beneficiaron de la creación de empleos y los aumentos de los salarios en Estados Unidos, donde vive una gran cantidad de migrantes filipinos.
Las entradas de remesas a Europa y Asia central aumentaron un 7,8 % en 2021, cuando alcanzaron niveles históricos de USD 74 000 millones. En gran medida, el aumento fue el resultado de la actividad económica más sólida de la Unión Europea y el repunte de los precios de la energía.
Los flujos de remesas hacia América Latina y el Caribe aumentaron a USD 131 000 millones en 2021, lo cual representa un incremento del 25,3 % con respecto a 2020, a causa de la fuerte recuperación del empleo de los trabajadores extranjeros en Estados Unidos.
Las remesas enviadas a los países en desarrollo en la región de Oriente Medio y Norte de África crecieron un 7,6 % en 2021 hasta alcanzar los US$61,000 millones, impulsadas por los sólidos aumentos en Marruecos (40%) y Egipto (6,4%).
Las remesas hacia Asia meridional aumentaron un 6,9 % en 2021, hasta llegar a los USD 157 000 millones. Aunque una gran cantidad de migrantes de Asia meridional regresaron a sus países de origen al comenzar la pandemia a principios de 2020, la disponibilidad de vacunas y la apertura de las economías del Consejo de Cooperación del Golfo permitieron un retorno gradual a los países anfitriones en 2021, lo que incrementó los flujos de remesas.
Las entradas de remesas en África subsahariana se dispararon un 14,1 % hasta los USD 49 000 millones en 2021, tras un aumento del 8,1 % en el año anterior. La sólida actividad económica en Europa y Estados Unidos respaldaron el crecimiento de las remesas.
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