Estos nuevos aranceles, vienen a plantear retos para las empresas pero también oportunidades para implementar estrategias innovadoras en el cambiante entorno comercial.
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(M&T)-. La imposición del 25% sobre los productos de diversos orígenes desafían los sectores agrícolas, textiles, automotriz, manufactura y hasta E-commerce, esto bajo las recientes medidas arancelarias sobre productos importados que impactará significativamente a las empresas alrededor del mundo.
El presidente Trump ya anunció que se realizarán cargas recíprocas a los países que las apliquen a Estados Unidos. Estas medidas son un desafío y una oportunidad para empresas en Centroamérica, Panamá y República Dominicana, mismas que generan presiones sobre costos, márgenes de ganancia y competitividad. Por esta razón, EY Centroamérica advierte la importancia de reconfigurar cadenas de suministro y explorar nuevas estrategias comerciales para la atracción de inversiones.
“Aunque el panorama presenta desafíos, existen estrategias clave para minimizar los
efectos y mantener la resiliencia operativa”, aseguró Carolina Palma, socia de Impuestos Indirectos y líder de Comercio Internacional de EY Centroamérica, Panamá y República Dominicana.
Los aranceles del 25% sobre la mayoría de los productos de México y Canadá; así como las restricciones a bienes importados desde China, incluyendo controles a minerales estratégicos y sanciones comerciales pueden generar un efecto dominó en Centroamérica, Panamá y República Dominicana, elevando los costos de insumos, haciendo complejas las rutas de logística y reduciendo la competitividad de exportadores que dependen de estos mercados para ensamblaje y distribución, pero a la vez son oportunidades para re diseñar las cadenas de suministro y traer más procesos medios a países locales con cercanía a Estados Unidos.
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A criterio de EY, algunas acciones inmediatas para proteger su posición en el mercado y optimizar la cadena de suministro son:
Optimización de costos y estructura de precios: Implementar estrategias de eficiencia operativa y renegociar contratos para mitigar el impacto en la rentabilidad.
Gestión aduanera y clasificación arancelaria: Revisar clasificaciones y origen de productos para aprovechar tratamientos preferenciales donde sea posible y maximizar beneficios fiscales y logísticos mediante la reconfiguración de las cadenas de suministro.
Aprovechamiento del ‘nearshoring’: Evaluar la reubicación parcial de operaciones para mejorar acceso a mercados clave y reducir costos logísticos.
“El momento de actuar es ahora. Una evaluación rápida y estructurada del impacto ayudará a minimizar riesgos y capturar oportunidades dentro de un entorno comercial cambiante” puntualizó Palma.
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