Por: Andrea Szyfer, Directora Senior de Google Cloud CETAM y el Caribe
Todos estamos listos para dejar el 2020 atrás. Tal vez mucho más que otros años, existe un deseo generalizado de dar vuelta a la página y abrazar la sensación de recomienzo que nos invade el primero de enero. Para las empresas en Centroamérica, el año nuevo presenta una oportunidad de mirar los aprendizajes catalizados por los desafíos del 2020, pensar en cómo participar de la recuperación de sus sectores y adaptarse a las transformaciones que llegaron para quedarse. La tecnología continuará siendo un componente fundamental de ese proceso como ya lo fue en los últimos meses; de acuerdo con un estudio reciente de McKinsey, la pandemia de covid-19 aceleró la adopción de tecnologías entre 3 a 4 años.
Mirando a 2021, hay tres áreas donde los tomadores de decisión deberían enfocar sus esfuerzos para profundizar el rol de la tecnología como motor de la recuperación y el éxito a largo plazo.
En primer lugar, si algo nos dejó claro el 2020, es que cada negocio debe tener una presencia digital. En algunas industrias, como en el comercio minorista, esta ya era una realidad que la pandemia solo estimuló abruptamente. En otras industrias, como en finanzas y en salud, se están creando nuevos modelos de servicio que antes eran inexplorados; por ejemplo, si antes la presencia digital de una clínica de salud era agendar una consulta en un sitio web, hoy se ofrecen consultas de telemedicina directamente en tu celular. Lo que es común en todos los sectores es que necesitan adaptarse a los nuevos hábitos y demandas de las personas, encontrándolas donde ellas están. La manera en que cada empresa pueda crear y transformar su presencia digital el próximo año va ser un factor clave para definir su éxito futuro.
La segunda área es la reducción de costo y la modernización de sus sistemas. La falta de certeza macroeconómica agudiza la atención que todos los líderes de negocio tienen que colocar a su estructura de costos. Tecnologías que tienen costos flexibles como la nube y plataformas más modernas que garanticen estabilidad serán el fundamento para que las empresas puedan beneficiarse de todas las oportunidades de la economía digital, tanto durante el proceso de recuperación económica como más allá.
Por último, tal vez la mayor disrupción del 2020 es la transformación del trabajo. Incluso cuando dejemos atrás la pandemia, es probable que la manera en la que se trabajaba nunca vuelva a ser la que era, lo que aumenta la urgencia en re-imaginar nuevas formas en que las personas puedan realizar sus tareas, que los equipos puedan colaborar y que los gestores puedan acompañar. Un futuro de trabajos híbridos, que mezclen las oficinas con ambientes virtuales, torna indispensable que todas las empresas tengan la estructura tecnológica que estimule la generación de nuevas ideas y la conexión entre equipos, de manera segura y desde cualquier lugar.
El 2021 será un año lleno de cambios. Cómo cada empresa responda a estos cambios y las oportunidades que vienen de la mano, definirá su relevancia en el futuro.
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