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La OIT alerta de “pérdidas devastadoras” por el coronavirus

A nivel mundial, se prevé que la crisis por el COVID-19  hará desaparecer 6,7 por ciento de las horas de trabajo en el segundo trimestre de 2020, lo que equivale a 195 millones de trabajadores a tiempo completo.

Se prevén enormes pérdidas en los distintos grupos de ingresos, en particular en los países de ingresos medios altos (7 por ciento o 100 millones de trabajadores a tiempo completo). Esto supera con creces los efectos de la crisis financiera de 2008-2009.

Los sectores más expuestos al riesgo incluyen los servicios de hospedaje y restauración, la manufactura, el comercio minorista y las actividades empresariales y administrativas.

El posible aumento del desempleo mundial durante 2020 dependerá de manera considerable de la evolución futura y de las medidas políticas que serán adoptadas. Existe un riesgo elevado de que para final de año la cifra será significativamente más alta que la previsión inicial de la OIT, de 25 millones de desempleados.

Más de cuatro de cada cinco personas (81 por ciento) de las 3.300 millones que conforman la fuerza de trabajo mundial están siendo afectadas por cierres totales o parciales de su lugar de trabajo. “Los trabajadores y las empresas se enfrentan una catástrofe, tanto en las economías desarrolladas como en las que están en desarrollo”, declaró el Director General de la OIT, Guy Ryder”. “Tenemos que actuar con rapidez, decisión y coordinación. Las medidas correctas y urgentes podrían hacer la diferencia entre la supervivencia y el colapso”.

La segunda edición del Observatorio de la OIT: El COVID-19 y el mundo del trabajo, describe el COVID-19 como “la peor crisis mundial desde la Segunda Guerra Mundial”, actualiza la primera nota de investigación de la OIT publicada el 18 de marzo. La nueva versión incluye información sectorial y regional sobre los efectos de la pandemia.

Según el nuevo estudio, 1.250 millones de personas trabajan en los sectores considerados de alto riesgo de sufrir “drásticos y devastadores” aumentos en los despidos y disminución de los salarios y horas de trabajo. Muchos de estas personas están empleadas en trabajos mal remunerados, de baja calificación, donde una pérdida imprevista de ingreso tiene consecuencias devastadoras.

A nivel mundial, dos mil millones de personas trabajan en el sector informal (la mayoría en las economías emergentes y en desarrollo) y corren un riesgo especial.

Es necesario adoptar medidas políticas integradas y a gran escala, centradas en cuatro pilares: apoyar a las empresas, al empleo y los ingresos; estimular la economía y los empleos; proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo; y utilizar el diálogo social entre gobiernos, trabajadores y empleadores a fin de encontrar soluciones, señala el estudio.

“Esta es la mayor prueba para la cooperación internacional en más de 75 años”, afirmó Guy Ryder. “Si un país fracasa, entonces todos fracasamos. Debemos buscar soluciones que ayuden a todos los segmentos de nuestra sociedad global, en particular los más vulnerables y los que tienen menores posibilidades de valerse por sí mismos.

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