Por: Gastón Oppel
(M&T).- Es de público conocimiento que la pandemia, en cuestiones laborales, trajo nuevas oportunidades y nuevos desafíos, a los que las empresas tuvieron que hacerle frente y, en muchos casos, reinventarse para poder seguir adelante.
El término “transformación digital”, que no ha parado de oírse en el último año y medio, ha dejado a empresas tradicionales marginadas del mercado y también significó una chance inmejorable para otras emergentes. En este contexto, la consultora internacional EY hizo un informe en el que detallan la madurez digital de las compañías latinoamericanas, donde reúnen las perspectivas de más de 670 líderes de 16 diferentes industrias en 10 países (México, Colombia, Perú, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana) con la finalidad de medir cuál ha sido la reacción de los empresarios en cuanto a transformación digital en sus organizaciones frente a la pandemia.
“La transformación digital debe verse de manera holística. No sólo estamos hablando de nuevas tecnologías para crear nuevos modelos de negocio o modificar existentes, sino que también se refiere a cambios culturales y de procesos profundos. En su esencia, la transformación digital es un cambio fundamental en cómo las empresas entregan valor a sus clientes”, comenta Fernando Alvarado, Socio de Consultoría en Servicios Digitales de EY Centroamérica, Panamá y República Dominicana.
Dicho Índice de Madurez Digital es calculado de 1 a 100 puntos en 7 líneas de acción que componen la visión holística de la transformación digital, en donde se obtuvo como resultado un valor promedio de 63,03 puntos; aunque países como México marcan un valor cercano a 66,5 puntos.
El estudio señala a los sectores de las telecomunicaciones y el financiero como impulsores de los procesos de transformación con un índice de 70 y 65,87 puntos, respectivamente. Por otra parte, el sector inmobiliario y de construcción están por niveles de 58,5 puntos en su madurez habilitada por soluciones digitales.
Además, otro punto fundamental para comprender como han madurado las empresas en este contexto, está directamente relacionado con el tamaño de las empresas. Según el estudio, las empresas con menos de 500 empleados están 10 puntos abajo en el índice de madurez comparado con aquellas que cuentan con más de 5000 trabajadores.
Por otro lado, los cambios de hábitos en los consumidores también obligaron a las autoridades empresariales a tomar decisiones distintas a las que estaban acostumbrados. Por eso, aquellos que decidieron invertir su inversión en el proceso de la transformación digital tuvieron un crecimiento hasta de 7,3 puntos en el índice de madurez digital, respecto a aquellas que continuaron por el mismo camino.
En lo que concierne a la apreciación de la madurez digital en las distintas áreas de las empresas, Recursos Humanos la percibe hasta 4,37 puntos por debajo del promedio, mientras que las áreas de TI marcan un nivel de madurez de 3 puntos por encima del mismo.
En adición, las compañías que enfocaron sus esfuerzos en implementar tecnologías emergentes llegaron a alcanzar 53,46 puntos. En contraste, aquellas empresas que definieron un programa de transformación con la integración de hasta tres diferentes tecnologías emergentes llegaron a niveles de 64 puntos; marcando una clara y determinante diferencia de resultados entre los dos enfoques de estrategia y adopción digital.
“El 44% de las empresas en Latinoamérica manifiesta que sus Juntas Directivas ya tienen la transformación digital como un punto prioritario, lo que marca un camino correcto y cierre de brechas en materia de madurez digital para la región. Es de reconocerse la capacidad de los líderes que han tomado este momento histórico como un hito para dar un gran salto y buscar un mejor mundo de negocios”, concluye Alvarado.
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