(M&T).- La inflación y los efectos económicos de la pandemia en Honduras provocaron la pérdida de miles de empleos y una reducción del poder adquisitivo de los ingresos de la población, por lo que expertos creen que el Gobierno debe controlar el tipo de cambio de la moneda local y focalizar los subsidios.
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El economista Alejandro Kafatti afirmó que la inflación de Honduras es “entre el 40 % y 50 % importada” a raíz de los precios internacionales del petróleo y los alimentos que se compran en Estados Unidos y Europa.
Esto “reduce significativamente” el margen de maniobra del Gobierno hondureño, por lo que cualquier política que implementen las autoridades tendrá “un efecto no contundente”, señaló.
Kafatti recomienda al Gobierno hondureño promover políticas como el tipo de cambio fijo y focalizar el subsidio a los combustibles en el corto plazo, para disminuir la carga fiscal y amortiguar el alza del precio de la canasta básica de alimentos.
En tanto, en el mediano y largo plazo es necesario impulsar una política monetaria que incentive el crecimiento económico, la productividad y la generación de empleo, agregó.
Honduras atraviesa un período de aceleración en el incremento de los precios, con una inflación acumulada en los primeros cuatro meses del año del 4,26 % y en los últimos 12 meses del 8,35 %, según cifras del Banco Central (BCH).
La inflación “golpea muy fuertemente a los hondureños de bajos ingresos, es decir, que las personas necesitan más dinero para comprar la misma cantidad de bienes y servicios”, explicó el economista hondureño.
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