(M&T)-. Los espacios para el desarrollo académico y profesional de las mujeres en las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) han aumentado de manera considerable, aún se debe trabajar de manera colectiva para alcanzar la igualdad de género en la industria tecnológica.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo en todo el mundo, vale la pena reflexionar sobre los retos y las oportunidades que tienen las mujeres en el mundo de la tecnología.
“Por ejemplo: de acuerdo con ONU Mujeres, las mujeres representan el 49.58% de la población global. Eso significa que prácticamente somos la mitad de los habitantes, pero los espacios para desarrollarnos en la ciencia y la tecnología siguen siendo desiguales”, dice Erika D. Galván, Directora Corporativa de Planeación Estratégica, Comunicación y Capital Humano en KIO Networks.
Un informe de la UNESCO determinó que, a nivel de educación superior, solo el 35% de los estudiantes matriculados en estas disciplinas son mujeres. Actualmente solo el 28% de los investigadores del mundo son mujeres.
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En Latinoamérica, esa disparidad se mantiene. Según el referido estudio, del 100% de investigadores en ingeniería y tecnología, solo el 36% son mujeres en Uruguay. En Colombia representan el 26%, en Costa Rica el 24%, en El Salvador el 17%, en Honduras el 21.5% y en Bolivia el 19%.
En ese sentido, vale la pena preguntarse cómo la desigualdad en las STEM afecta el desarrollo de la industria tecnológica. Para empezar, es necesario recordar que la variedad de talentos y pensamientos permite obtener nuevos y mejores resultados, con miradas y perspectivas diversas.
“Las investigaciones científicas y los proyectos de innovación requieren de equipos con múltiples talentos y habilidades, que incluyan hombres y mujeres en una proporción equitativa”, asegura Erika D. Galván.
Para reducir la brecha de género en la industria tecnológica, se deben modificar pensamientos que limitan la incursión de más mujeres en el estudio de la ciencia y la tecnología. Es fundamental crear oportunidades para que niñas y adolescentes se formen académicamente y desarrollen sus capacidades, habilidades y destrezas en ciencias, ingeniería, tecnología o matemáticas.
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“Es preciso abrirles oportunidades para que se formen académicamente y desarrollen sus habilidades y destrezas. Bajo ningún concepto podemos limitarlas a un rol preestablecido. Las niñas, adolescentes y mujeres tienen el derecho de convertirse en inventoras, científicas, emprendedoras y lideresas tecnológicas, si así lo desean”, explica Erika D. Galván.
Además, las organizaciones implementar políticas de igualdad e inclusión en puestos directivos, también pueden utilizar sus programas de Responsabilidad Social Empresarial para abrir espacios de mentoría que permitan a las mujeres desarrollarse en el ámbito tecnológico. Esto también debe reflejarse en salarios justos y acordes con sus capacidades.
Aunque es un tema recurrente, es necesario evidenciar que la maternidad no debe ser una limitante para el crecimiento académico y profesional. Las familias contemporáneas crean condiciones de igualdad en todos los ámbitos: desde el cuidado de los hijos hasta la realización de las tareas del hogar. “Afortunadamente, las empresas y las sociedades están entendiendo ese cambio de mentalidad, por lo que ser madres, lideresas y científicas son facetas que se complementan sin problema”, enfatiza Erika D. Galván.
El objetivo de tener mayor presencia y visibilidad en la industria tecnológica es un trabajo de todos: hombres y mujeres. Sin duda, la colectividad es la fuerza que necesita el mundo para conseguir una verdadera igualdad en sus diferentes ámbitos académicos, profesionales y laborales.
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La situación es clara: está en todos impulsar la igualdad de oportunidades en este sector. “Por eso, en KIO Networks estamos orgullosos de que, desde hace 20 años, hemos avanzado en impulsar la equidad de género y esto nos ha permitido contar con más de 600 mujeres en nuestra organización, de las cuales más de la mitad son ingenieras. Siempre he creído que existen oportunidades para todas y todos trabajando juntos. Mujeres y hombres seguiremos creciendo y superando los retos que se nos presenten en el futuro”, concluye Erika D. Galván.
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