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Walter Rivera

La inclusión laboral es un factor crítico para reducir la desigualdad y la informalidad

Durante el Tercer Seminario Regional de Desarrollo Social, realizado por la CEPAL, instan en la creación de políticas de inclusión laboral, de desarrollo productivo y protección social, para reducir las desigualdades


(M&T)-. La pandemia desencadenó además de una crisis mundial en salud, una serie de problemas sociales que dejaron ver la mala gestión de las empresas y algunos gobiernos, parte de ello, es lo que tenemos actualmente con la mayor crisis que han experimentado los mercados laborales de América Latina y el Caribe desde 1950, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).


Cabe destacar que durante el 2020, la creación de empleo cayó 8,2%, siendo la única caída registrada en los últimos 70 años. Entre 2014 y 2023, la tasa de crecimiento del número de ocupados será de 1,26%, en comparación con un 3,2% en la década perdida de 1980.


Y aunque entre 2002-2014, el mercado laboral fue clave para reducir la pobreza y la desigualdad, entre otros factores, debido a procesos de formalización, indica la comisión regional de las Naciones Unidas. A partir de 2015, esta tendencia cambió y se deterioró sustantivamente con la pandemia, donde se evidencia una profundización de las desigualdades.



Es por esto, que las políticas de inclusión laboral, en combinación con políticas de desarrollo productivo y protección social, son clave para reducir las desigualdades y la alta informalidad que presentan los países de América Latina y el Caribe, esto de acuerdo con autoridades, académicos y funcionarios internacionales en la inauguración de un encuentro de tres días que se celebra en la sede principal de la CEPALen Santiago, Chile.


En este contexto es que se desarrolla el Tercer Seminario Regional de Desarrollo Social: Promover la inclusión laboral como una forma de superar las desigualdades y la informalidad en América Latina y el Caribe es organizado por la CEPAL en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega, la Cooperación Alemana y la Fundación Ford.


“Para la CEPAL, la inclusión laboral es un objetivo del desarrollo social inclusivo que busca que todos los integrantes de la fuerza laboral puedan acceder a trabajos decentes que aseguren niveles adecuados de remuneración y cobertura en protección social”, afirmó José Manuel Salazar-Xirinachs y advirtió que “mujeres, jóvenes, personas con discapacidad, en situación de pobreza, afrodescendientes, Pueblos Indígenas y otras poblaciones que se encuentran en la intersección de los ejes estructurantes de la matriz de la desigualdad social enfrentan mayores obstáculos y barreras de inclusión laboral” en la región.


“Necesitamos políticas de mediano y largo plazo que promuevan la diversificación económica, la mejora de la educación formal, el desarrollo de habilidades, la correspondencia entre la oferta y demanda de empleo y la anticipación para mejorar la empleabilidad y la productividad de los trabajadores. Además, las medidas de protección social sostenibles y las instituciones laborales sólidas son cruciales para crear un campo de juego seguro y justo”, dijo Houngbo, quien reafirmó el compromiso de la OIT de trabajar colaborativamente con la CEPAL en estos ámbitos.


Fabio Bertranou subrayó, por su parte, que “América Latina y el Caribe enfrenta nuevamente una coyuntura particular y difícil en materia de políticas de trabajo decente, que requiere de un entorno productivo que impulse la productividad y las oportunidades para el desarrollo sostenible”. El futuro de la producción y del trabajo son dos caras de la misma moneda, por lo que se debe trabajar integradamente, coincidió.





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