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COP16 y TNFD: Un cambio de escenario para las empresas y su relación con la naturaleza

La COP16 celebrada en Cali, Colombia, hace menos de dos meses, reunió a 170 delegaciones de todo el mundo para abordar una crisis ambiental que se ha vuelto cada vez más urgente: la pérdida de biodiversidad.

(M&T)-. Durante los 12 días de la conferencia se consolidaron acuerdos que marcarán un antes y un después en la forma en que gobiernos, empresas y organizaciones abordan su relación con la naturaleza.


Entre otros logros, se creó el Fondo de Cali, un mecanismo financiero global diseñado para recaudar y distribuir equitativamente los recursos económicos derivados de la información de secuencias digitales (DSI) sobre recursos genéticos, garantizando que los beneficios del uso de estos recursos lleguen a todos los involucrados, incluyendo a los pueblos indígenas y locales que resguardan estos ecosistemas.


Además, se aprobó la creación de un Órgano Subsidiario Permanente, cuya misión será fortalecer la colaboración entre países, pueblos indígenas y comunidades locales en la definición de criterios y programas para proteger la biodiversidad. Y se lanzó una campaña de educación ambiental y movilización social para promover la conciencia sobre la biodiversidad desde una edad temprana, fomentando generaciones conscientes y comprometidas con el cuidado del planeta.


De esta forma, la Conferencia de las Partes elevó la importancia de la biodiversidad, al mismo nivel que el cambio climático y la descarbonización, en la agenda global.

En este nuevo marco global, las empresas de Centroamérica pueden jugar un papel clave. Por eso le preguntamos a Andrea Segura, gestora ambiental y experta en riesgos ASG para la firma Evo Consultoras cómo se pueden identificar, evaluar y divulgar los impactos y riesgos corporativos relacionados con la naturaleza, al igual como se hacen con otros riesgos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG).


TNFD y su impulso a la sostenibilidad empresarial


“Las empresas pueden adoptar el Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD), un estándar global lanzado a finales del año anterior que responde a la necesidad de considerar la naturaleza en las decisiones financieras de las compañías. Es un estándar de rendición de cuentas y transparencia ante las partes interesadas, pero enfocado en temas de biodiversidad y naturaleza”, precisó Segura.

Según explicó, el TNFD tiene su propia metodología conocida como LEAP por las iniciales de Localizar, Evaluar, Analizar y Preparar. Al aplicar LEAP, las empresas pueden evaluar riesgos en el presente y anticiparse a escenarios futuros, midiendo impactos en áreas críticas como la huella de carbono, el uso sostenible de recursos, la generación de residuos, y otros factores que afectan tanto a la biodiversidad como a las comunidades dependientes de ella.


“El TNFD también facilita el cumplimiento de los requisitos de reportes de sostenibilidad, es un insumo importante para los esfuerzos de mitigación de los riesgos ambientales, y una guía para el aprovechamiento de oportunidades de mercado al integrar prácticas sostenibles en las operaciones”.


Caso de Éxito: El Proyecto JUNTOS


De acuerdo con la experta, un ejemplo exitoso de la aplicación del diagnóstico y alineación con el estándar TNFD fue el análisis aplicado al Proyecto JUNTOS, una iniciativa implementada por la empresa agrícola Fresh Del Monte Produce en Costa Rica y Guatemala, que contó con la asistencia técnica de la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ).


El objetivo principal de este proyecto es introducir criterios de conservación y uso sostenible de la biodiversidad en el modelo empresarial a través de pilares como la educación y la restauración del paisaje, teniendo como enfoque central lograr el trabajo colaborativo mediante alianzas de múltiples actores.


Por esa razón, se evaluó la dependencia, impactos, riesgos y oportunidades del proyecto asociados con la naturaleza a partir de temas como el uso del suelo, calidad del suelo, uso del agua, contaminación del agua, deforestación, resiliencia climática, emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), y prácticas sostenibles en general.


“Lo mismo que se midió en el Proyecto JUNTOS puede hacerse para una empresa, sin importar su sector, sólo que ajustando la herramienta a su modelo de negocio. De esta forma, una empresa puede tener información clave para la toma de decisiones, la priorización de inversiones, el relacionamiento comunitario y la integración de la naturaleza en la gestión empresarial, yendo a la vanguardia en una región tan rica en biodiversidad como Centroamérica”, concluyó Segura.


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