En la industria alimentaria, la comunicación corporativa desempeña un rol fundamental en la gestión de relaciones con distintos públicos de interés, la mitigación y resolución de conflictos y disputas, la transmisión de información y el establecimiento de marcos normativos y regulatorios.


Por: Pablo Duncan Linch, Socio director CLC Comunicación
(M&T)-. Para que una empresa del sector pueda fortalecer su posición y generar confianza en sus productos y servicios, debe considerar la comunicación como un eje estratégico que permita articular los propósitos, procesos y medios de influencia en su entorno.
La comunicación corporativa en este campo, se sustenta en la construcción de redes y valores compartidos. Debe enfocarse en la creación y mantenimiento de relaciones de confianza con públicos clave, como colaboradores, proveedores, distribuidores, consumidores y reguladores.
La ética, la transparencia y la coherencia en los mensajes contribuyen a desarrollar esos valores compartidos y en la alineación de estos con las expectativas del mercado y la sociedad. Para ello, es esencial un discurso basado en la autenticidad y la consistencia en la divulgación de información y contenido relevante sobre la calidad, origen y procesos productivos de la empresa.
En más de 15 años de acompañar desde CLC Comunicación a clientes de la industria alimentaria en Centroamérica, sabemos que el sector enfrenta desafíos constantes, desde retos en materia de seguridad alimentaria hasta controversias regulatorias y cambios en las tendencias de consumo. En este contexto, el relacionamiento estratégico y la comunicación efectiva son pilares en la gestión de crisis, las cuales permiten abordar desafíos de manera proactiva, mitigar daños reputacionales y ofrecer soluciones claras y fundamentadas.
Es por todo lo anterior que la efectiva articulación con diferentes públicos resulta clave para respaldar decisiones y garantizar que las respuestas empresariales sean percibidas como precisas, relevantes, responsables y bien fundamentadas.
De igual manera, el sector alimentario se caracteriza por la necesidad de comunicar información técnica de forma accesible y comprensible. La escucha activa y la difusión de contenido sobre procesos, innovaciones y garantías de inocuidad y seguridad alimentaria es crucial para incidir en la percepción de los consumidores y fortalecer la confianza en las marcas. La educación del consumidor y la comunicación de datos verificables marcan la diferencia en un entorno cada vez más exigente y regulado.
La comunicación también cumple un papel en la definición de estándares, regulaciones y mejores prácticas dentro de la industria alimentaria. La interacción con organismos gubernamentales y representantes políticos permite a las empresas influir y adaptarse a nuevas normativas y participar en la construcción de marcos regulatorios que equilibren la viabilidad económica, las posibilidades técnicas de la industria y sus procesos con el interés público. Un enfoque estratégico en esta área permite a las organizaciones anticiparse a cambios legislativos y demostrar su compromiso con las mejores prácticas del sector.
La comunicación en la industria alimentaria trasciende la simple difusión de mensajes. Es una herramienta clave para la construcción de confianza, la resolución de problemas, la generación de conocimiento y la definición de regulaciones. Las empresas deben integrar estos elementos en su estrategia comunicacional para fortalecer su reputación y su licencia para operar y crecer.
Desarrollar y divulgar sus contribuciones a sus públicos de interés promueve un ecosistema alimentario más transparente, innovador y alineado con las demandas del mercado y la sociedad.
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