Por: Ignacio Gómez, Gerente General Genera
(M&T)-. En el análisis y evaluación de las zonas de inversión es necesario estudiar el área de interés para, precisamente, entender cómo está conformada y qué oportunidades y/o necesidades existen en ella. De la mano con esta valoración, es conveniente realizar estudios de mercado de la zona para validar que la demanda exista, de acuerdo al tipo de proyecto que se pretenda realizar.
Las características varían según el tipo de desarrollo, dependiendo de si es residencial, comercial, de logística o de hotelería. Sin embargo, en términos generales hay aspectos que deben ser considerados entre los que destacan la zona geográfica, normativas aplicables de construcción, accesos de entrada y salida favorables, disponibilidad de servicios públicos, cercanía a sitios de interés como aeropuertos, comercios, puertos, escuelas, universidades, y otros servicios adecuados según la identificación que se haga del público meta del proyecto.
Desde el inicio de la pandemia, el sector inmobiliario ha vivido tiempos complejos al tener que llevarle el pulso al comportamiento del mercado, tanto nacional como global, debido a la contracción económica y a los cambios en los hábitos de vida y trabajo.
El Informe Económico de la Cámara Costarricense de la Construcción (Diciembre 2021) indica que a partir de mayo del año anterior, el sector ha mostrado una tendencia de recuperación. Además, explica que el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) que presenta el Banco Central de Costa Rica, atribuye una mejora paulatina en Construcción gracias a las obras con destino privado, con una tasa de variación interanual del 21.1% a noviembre de ese año, en comparación con el mismo mes en 2020.
Conforme se va conteniendo la crisis sanitaria del COVID-19 y se levantan las medidas restrictivas, las perspectivas del sector mejoran y se vislumbran positivas. Continúan los proyectos logísticos a la vanguardia en el Gran Área Metropolitana (GAM), que en términos generales se mantuvieron en el contexto actual, pero existe un gran interés por desarrollos en las costas, principalmente, en zonas de Guanacaste y Puntarenas. Esto último, se debe a que la pandemia aceleró la apertura y las facilidades para trabajar remotamente, atrayendo inversionistas extranjeros y nómadas digitales.
El 2022 presenta desafíos importantes como el incremento en los costos de los materiales, los atrasos en las importaciones por los problemas en las cadenas de abastecimiento, el aumento en el tipo de cambio del dólar y la tasa de desempleo que impacta el consumo. Estos cuatro elementos pueden ocasionar que la recuperación del sector se postergue. Claro está, esto dependerá en gran medida de que la situación que se vive hoy se mantenga o cambie en el mediano y largo plazo.
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