Por: Malka Mekler
(M&T)-. Los últimos dos años, tras la llegada de la pandemia, la tecnología reafirmó su papel como el mejor aliado para que el mundo siguiera funcionando. Los semiconductores han demostrado ser esenciales para diversas industrias y es Intel la única compañía con la profundidad y amplitud de innovación de software, silicio y plataformas, empaque y proceso de fabricación a escala.
Con el fin de mantener la demanda tecnológica el presente y el futuro, así como para diversificar la cadena de suministro, la cual hoy se concentra 80% en Asia, la compañía ha realizado importantes inversiones en todo el mundo incluyendo US$20 mil millones para la construcción de dos nuevas fábricas en Arizona y US$600 millones, a lo largo de tres años en Costa Rica. El objetivo principal de Intel es lograr balancear la cadena de suministro para el año 2030, en donde menos del 50% del trabajo se realiza en América y Europa, y el otro 50% en Asia.
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“Nuestra estrategia en Intel denominada IDM 2.0 es una fórmula diferenciada que entregará una nueva era de innovación, fabricación y liderazgo de productos a través de diversas capacidades, incluidas el Intel Foundry Services, que proporcionará capacidad de fabricación y empaquetado avanzado con sede en Estados Unidos y Europa, para ayudar a nuestros clientes a convertir el silicio en soluciones, utilizando paquetes de diseño estándar de la industria”, mencionó Marcelo Bertolami, gerente general de Intel para el territorio de las Américas.
En la actualidad, los procesadores funcionan como la base y el cerebro que impulsa a toda infraestructura digital moderna y de numerosas industrias a nivel global. Según la Asociación de la Industria de Semiconductores, en el mundo existen más de 100 mil millones de circuitos integrados en uso diario, y a raíz de un incremento exponencial en la demanda de este insumo, a inicios de 2021 el mundo comenzó a escuchar sobre su escasez y el impacto que tuvo en diversas industrias.
El diseño y manufactura de estos componentes es uno de los procesos de ingeniería más complejos que realiza la humanidad, puede tardar hasta 20 semanas en completarse, a lo largo de seis etapas: diseño, creación de mascarillas, fabricación, individualización y clasificación, prueba y ensamblaje, y almacenamiento.
La investigación es una de las fases que se realiza antes de dar inicio a la producción y en la que participa Latinoamérica. En esta, los ingenieros y científicos de sitios como el Intel Guadalajara Design Center (GDC) en México, desarrollan tecnologías que se utilizarán en el proceso de fabricación de un semiconductor. Por su parte, Intel Costa Rica participa en varias de estas fases como la creación de mascarillas que contienen la información que se utilizará para cada paso del proceso de fabricación de un semiconductor.
Otra de las etapas en las que Latinoamérica participa es en la prueba y el ensamblaje. Al momento que las obleas de silicio están listas, se cortan en chips individuales y se colocan en bovinas por medio del proceso de individualización y clasificación. Cuando todos los chips son cortados y clasificados, se llevan a una planta de prueba y ensamblaje. Intel Costa Rica es una de las pocas plantas en el mundo que realiza este proceso, donde cada chip se ensambla en un empaque que lo protege y le permite conectarse a otros componentes, para que finalmente se pruebe su funcionalidad.
“Orgullosamente nos sumamos, junto con Asia, como los únicos sitios de Intel en realizar labores de ensamble y prueba a nivel global, convirtiendo a Intel Costa Rica en el primer país de Latinoamérica en realizar esta función. En septiembre de este año iniciamos operaciones en nuestra nueva planta y hoy tenemos la capacidad inicial para incorporarnos a la producción, creciendo paulatinamente en lo que resta de éste y los próximos años”, comentó Max Ramírez, director de fábrica y operaciones de manufactura en Intel Costa Rica.
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