Incertidumbre global y deuda elevada ponen presión sobre América Latina
- Walter Rivera
- hace 4 horas
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La economía mundial ya no ofrece terreno firme. Para América Latina y el Caribe, la volatilidad global exige más que resiliencia: demanda reformas profundas, innovación y agilidad.

(M&T)-. Así lo advierte el más reciente anticipo del Reporte Económico LACER 2025, elaborado por el Banco Mundial, que señala que la región será la de menor crecimiento a nivel global en los próximos años.
El informe proyecta que América Latina crecerá solo un 2.1% en 2025 y un 2.4% en 2026, muy por debajo de otras economías emergentes. Entre los factores que lastran el desempeño regional se destacan la baja inversión, el alto endeudamiento y un entorno internacional cada vez más desafiante.
Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, advierte que "el panorama económico mundial ha cambiado drásticamente", y que los países de la región deben recalibrar sus estrategias e impulsar reformas audaces para fortalecer su productividad, competitividad y generación de empleo.
A pesar de algunos avances en el control de la inflación, los déficits fiscales siguen siendo una amenaza, y se estima que la deuda pública llegará al 63.3% del PIB en 2024, frente al 59.4% que registraba en 2019. Esta presión fiscal limita las opciones de política económica y aumenta la vulnerabilidad de la región frente a shocks externos.
El entorno internacional añade más incertidumbre. La inflación persistente en economías avanzadas podría retrasar el esperado recorte de tasas de interés, complicando el acceso al financiamiento para los países latinoamericanos. Además, las restricciones al comercio global y la desaceleración de China reducen las oportunidades de exportación y afectan el flujo de inversión.
Frente a este panorama, el informe destaca tres prioridades estratégicas:
Diversificar destinos comerciales y no depender de unos pocos mercados.
Expandir las exportaciones de servicios para adaptarse a las nuevas cadenas de valor.
Aprovechar el potencial del nearshoring, pero con mejoras reales en infraestructura, educación y gobernanza.
William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, enfatizó que el acceso a la tecnología y el aprovechamiento de las economías de escala son determinantes para acelerar el crecimiento.
Esto implica avanzar en reformas pendientes, fortalecer el entorno empresarial y desarrollar capital humano e innovación, elementos críticos para competir en el nuevo escenario global.
El mensaje del LACER 2025 es claro: la región no puede confiar en los vientos externos para crecer. Será necesario construir un modelo económico más ágil, diversificado y resistente, capaz de prosperar en un mundo menos predecible y más competitivo.
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