(M&T)-. La violencia de género no tiene edad, nacionalidad, formación educativa ni posición socioeconómica. Con esta premisa, la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano desarrolla múltiples iniciativas que buscan impulsar un empoderamiento asertivo a través del emprendedurismo, para distintas agrupaciones femeninas que viven contextos de violencia.
Estos proyectos se denominan “Encuentros de liderazgo femenino” y su objetivo es visibilizar la violencia que viven las mujeres, tanto en su cotidianidad como en espacios estructurales y políticos. Pero, además, buscan abrir un espacio de sororidad que promueva el liderazgo de sus participantes para así pasar de la violencia a la resiliencia.
Para Claudia Vargas, oficial de Programas de la Fundación Arias, “este tipo de encuentros tiene un valor importante desde la construcción de sororidad y empatía, tratar de vernos en las otras mujeres, en sus experiencias, y que de ellas aprendamos nuevas formas de romper con esa violencia machista”.
Los frutos del programa
La Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano ha venido desarrollando múltiples encuentros, capacitaciones y conversatorios para brindar herramientas psicosociales y emocionales de empoderamiento a distintas agrupaciones de mujeres en el país.
Un ejemplo de esto se vivió el pasado mes de abril, con el encuentro entre mujeres refugiadas nicaragüenses y mujeres peladoras de camarón en Puntarenas. El espacio abrió un intercambio de experiencias desde la resiliencia, a pesar de sus diferencias socioeconómicas e incluso educativas.
Las agrupaciones, bautizadas por la Fundación como “Mujeres por la paz” en el caso de las migrantes nicaragüenses y “Mujeres mirando al Mar” en el de las puntarenenses, comparten el año 2018 como un momento de inflexión desde el cual han debido reinventarse.
Por un lado, la crisis sociopolítica en Nicaragua que explotó ese año las obligó a las primeras a migrar hacia Costa Rica; y por el otro, la veda del camarón en Puntarenas hizo que las segundas perdieran su sustento económico. De acuerdo con Vargas, ambos grupos han encontrado en el emprendedurismo una posibilidad para surgir.
“Así que estas mujeres se encuentran con un punto de salida, la resiliencia como una estrategia de vida y el emprendedurismo como una estrategia económica”, aseguró la oficial.
El papel de la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano es habilitar estos espacios de diálogo e intercambio de experiencias que empoderen a las agrupaciones femeninas, así como brindarles herramientas teóricas y prácticas que impulsen su desarrollo económico. Desde el año pasado, la Fundación ha desarrollado más de 20 encuentros de mujeres con este fin.
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