De acuerdo con cifras del Viceministerio de Desarrollo de la Microempresa, Pequeña y Mediana Empresa (Mipyme), en lo que va del año, 60 de cada 100 emprendedores atendidos fueron mujeres, lo que da una idea del lugar que las féminas ocupan en este sector productivo y de la importancia de impulsar su empoderamiento económico.
La cifra adquiere mayor relevancia al observar que el porcentaje mencionado equivale a 14,400 mujeres atendidas entre un total de 24,000 emprendedores que en los últimos 11 meses han recibido capacitación de la institución mencionada.
De acuerdo con Gloria Zarazúa, viceministra de la Mipyme, las mujeres tienen mucha fortaleza para generar emprendimientos porque muchas de ellas son cabeza de hogar y emprender es un incentivo para llevar ingresos a la familia.
La viceministra afirmó que la mujer siempre provee independientemente de que esté o no casada y de que el compañero de hogar trabaje, “porque siempre está administrando los recursos del hogar y cuando no tiene ingresos, de manera natural, busca como agenciarse de los mismos ya sea por medio de la inserción laboral o emprendiendo”, y por ello la importancia de impulsar su empoderamiento económico.
Además de los programas de capacitación que ya tiene el Ministerio de Economía (MINECO), hay aspectos novedosos dentro de las acciones ya emprendidas, como por ejemplo, que en Huehuetenango se cuenta con un Centro de Emprendimiento orientado a la mujer y en donde las instalaciones están diseñadas para atender a los hijos de las emprendedoras que acuden al mismo.
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Para el 2020 se deja la coordinación de la Unidad de Empresarialidad Femenina, que estará a cargo de una profesional capacitada en el tema, con el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y del Centro para la promoción de la Micro y Pequeña Empresa en Centroamérica (Cenpromype), entidades que han transmitido las metodologías para atender capacitaciones que toman en cuenta aspectos como la autoestima y el empoderamiento ciudadano, entre otras, para impulsar el empoderamiento económico de las mujeres.
Sin embargo, asegura la funcionaria, el camino hacia dicho empoderamiento económico muchas veces se torna cuesta arriba porque hay barreras como la diferencia de idiomas en las áreas rurales de la provincia en donde no se habla español, los horarios inflexibles de muchas mujeres que son amas de casa y se desocupan de las tareas del hogar fuera de las horas laborales de los capacitadores, o la necesidad de pedir permiso a los esposos para participar en las capacitaciones, sin olvidar que las féminas en su gran mayoría no son sujetos de crédito para las instituciones financieras.
En el caso del financiamiento, Zarazúa afirma que se tiene la esperanza que al entrar en su etapa operativa la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), recientemente presentada, se cuenten con productos financieros adecuados y accesibles a las necesidades de las emprendedoras del país.
“Las expectativas de empoderar económicamente a la mujer emprendedora guatemalteca son positivas, por lo que debemos apostarle a este segmento pues se ha demostrado que el impacto económico va a ser mayor en estas empresas lideradas por mujeres”, concluyó Zarazúa.
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