El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la Consulta del Artículo IV con Guatemala correspondiente a 2023 y aprobó la evaluación del personal técnico.
(M&T)-. Un informe presentado afirmó que la sólida trayectoria de Guatemala en cuanto a políticas macroeconómicas prudentes e importantes entradas de remesas dotaron al país de reservas sustanciales para capear un contexto internacional desafiante y el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales.
En 2022, el crecimiento del PIB real de Guatemala fue de 4,1% (se proyecta un 3,4% para 2023), con un déficit fiscal inferior al 2% del PIB —impulsado por el excedente en la recaudación de impuestos y los elevados precios de las importaciones— y un saldo de deuda pública por debajo del 30% del PIB. La demanda privada interna se mantuvo sólida, mientras que el crédito bancario al sector privado registró tasas de crecimiento de dos dígitos.
Además, las presiones inflacionarias siguen siendo elevadas, con la tasa de inflación total de abril 2023 situada en 8,32%. La moneda ha permanecido estable y los saldos de la balanza exterior han mantenido su solidez, a pesar del elevado costo total de las importaciones. El sector financiero ha demostrado resiliencia ante el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales y las subidas de las tasas de interés domésticas.
En líneas generales, las perspectivas siguen siendo positivas, pero persisten los riesgos.
En este sentido, los riesgos a corto plazo guardan relación con un escenario de desaceleración brusca de la actividad económica global, también en Estados Unidos, que podría reducir los influjos de remesas y repercutir negativamente en la demanda interna y el crecimiento de Guatemala.
Un aumento en la volatilidad y la incertidumbre en los mercados mundiales podrían avivar la volatilidad de los precios de las materias primas y complicar la lucha contra las presiones inflacionarias, afectando sobre todo a los grupos más vulnerables. Al mismo tiempo, la larga trayectoria de logros económicos y políticas prudentes ha redundado en beneficio del país y, de mantenerse, permitirán seguir reforzando la resiliencia de la economía del país contra choques. Los riesgos a mediano plazo son de origen interno, con debilidades estructurales obstaculizando las perspectivas de desarrollo.
La economía guatemalteca sigue brindando grandes oportunidades que permanecen sin explotar. La implementación de una agenda de infraestructura transformadora, el fomento de capital humano y de políticas sociales, y el aumento en la seguridad jurídica son fundamentales a fin de respaldar un modelo de crecimiento sostenible e inclusivo a mediano plazo, con un mayor crecimiento potencial.
Aunque las perspectivas mundiales siguen presentando desafíos, la coyuntura actual también brinda grandes oportunidades para aprovechar el dividendo demográfico y acelerar las reformas, con el fin de mejorar el clima de negocios y atraer inversión extranjera.
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