(M&T)-La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Alianza Mesoamericana por la Biodiversidad (BPM) se unieron en un espacio de diálogo para motivar a empresas, sector público y organismos internacionales a emprender iniciativas conjuntas viables económicamente, en función de la biodiversidad y el medio ambiente en general.
“Si el costo para la biodiversidad -terrestre y marina- de producir alimentos se mantiene parecido al actual, básicamente haremos un daño irremediable. Los ecosistemas no resistirán”, acotó Julio Berdegué, subdirector general y Representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
Para lograrlo, ambas instancias organizaron algunos conversatorios, para compartir experiencias centroamericanas que den respuesta a los enormes desafíos que enfrenta actualmente la humanidad: el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la degradación de la tierra, el incremento de la inseguridad alimentaria y la malnutrición, entre otros factores que se han agudizado aún más con la pandemia de la COVID-19.
Este primer espacio de diálogo convocó a los participantes a una reflexión e intercambio alrededor de la compleja necesidad de transformación de los sistemas alimentarios, a partir del estado y gestión de la biodiversidad, sus contribuciones y afectaciones en contextos de crisis sanitaria, cambio climático y recesión económica, que atañen de manera particular a la región Mesoamericana.
Este primer espacio de diálogo convocó a los participantes a una reflexión e intercambio alrededor de la compleja necesidad de transformación de los sistemas alimentarios, a partir del estado y gestión de la biodiversidad, sus contribuciones y afectaciones en contextos de crisis sanitaria, cambio climático y recesión económica, que atañen de manera particular a la región Mesoamericana.
Según fuentes de la FAO, el abordaje a la gestión, uso y conservación de la biodiversidad, pone en relevancia las conexiones e interdependencias entre los ecosistemas y las comunidades humanas; asimismo señalan la necesidad de que las sociedades generen propuestas cada vez más creativas, que respondan no solo a un eficiente aprovechamiento de los recursos naturales, sino además a relaciones sociales más igualitarias e impactos ambientales equilibrados y regenerativos; que contribuyan a la transformación y sostenibilidad de los sistemas alimentarios.
“Si el costo para la biodiversidad -terrestre y marina- de producir alimentos se mantiene parecido al actual, básicamente haremos un daño irremediable. Los ecosistemas no resistirán”, Julio Berdegué, subdirector general y Representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
La FAO ha venido trabajando en América Latina y el Caribe en “El estado de la biodiversidad mundial para la alimentación y la agricultura”, con el fin de contribuir en el aumento de la capacidad de resiliencia de los sistemas de producción y los medios de vida ante las perturbaciones y los factores adversos, como el crecimiento de la población y los efectos del cambio climático, así como en el establecimiento y fomento de políticas que promuevan la inclusión e implementación de una agenda ambiental en la región.
Por su parte, George Jaksch, Presidente de la Alianza Mesoamericana por la Biodiversidad (BPM), instancia que forma parte del Comité Ejecutivo de la Alianza Global de Negocios y Biodiversidad (Global Partnership for Business and Biodiversity) indicó que es imperativo generar lazos fuertes e incidencia con empresas del sector privado, fomentando enlaces entre el sector empresarial, el sector público y la cooperación internacional, para replantear el crecimiento económico sobre mecanismos que permitan la convivencia de modelos de producción sostenibles e incluyentes económicamente.
Ambas instancias coinciden que para lograr estos objetivos es necesario fortalecer el diálogo e incidencia con los gobiernos e instancias intergubernamentales, de manera que queden trazadas mejores y más efectivas condiciones de sostenibilidad y conservación de la biodiversidad en la región.
Carmen Langner de GIZ, explicó que hay evidencia que el sector privado quiere actuar en beneficio de la biodiversidad, pero algunas empresas no saben cuáles son las medidas, por lo que se deben promover los instrumentos que las divulguen; y Ricardo Montero de la SECAC resaltó una experiencia con FAO y la AECID sobre el monitoreo y evaluación de buenas prácticas en agricultura para la adaptación al cambio climático y la gestión integral del riesgo de desastres.
La iniciativa cobra especial importancia en el contexto de la cumbre para la transformación de los Sistemas Agroalimentarios 2021, que compromete a todos los sectores a la generación de acciones significativas y consensos a todo nivel para la acción y revisión de los procesos que contribuyan a la transformación de los sistemas alimentarios.
El equipo de FAO y BPM invita a todos los participantes al segundo webinar de esta serie que se realizará el próximo 07 de abril, a las 10 horas Panamá, con el tema Agro y Ecoturismo, nuevas experiencias.
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