Por: Alejandra Ordoñez M&T
(M&T)-. Con el pasar de los meses y con el establecimiento de nuevas modalidades de trabajo, como el teletrabajo, la ciberfatiga se hace presente en la vida cotidiana de los trabajadores.
De acuerdo con los expertos, la fatiga digital o ciberfatiga es un estado de agotamiento mental y desconexión que se produce cuando las personas deben utilizar numerosas herramientas y aplicaciones digitales de forma simultánea y continua. Un estudio de la consultora EY reveló que más del 40% de los empleados del Reino Unido sufren de la llamada fatiga digital, y un número aún mayor de adultos jóvenes percibe la tensión de la exposición casi constante a la tecnología.
“Reconociendo que el trabajo remoto nos ha permitido estar seguros y productivos, en algunos casos, el aumento de la productividad cambió la forma en que nos relacionamos y promovió el estado casi ininterrumpido de estar en línea/conectado. Esto conlleva horas frente a las pantallas, aprendiendo a trabajar en múltiples plataformas, lo que hace que muchos empleados experimenten una condición muy real que es la fatiga digital”, explica Jaime Frischwasser, HR Manager de Prodigious Costa Rica.
Según el experto, entre las consecuencias de la ciberfatiga sobresale la pérdida de la capacidad de concentración y de atención, lo cual genera un impacto negativo en la forma de aprender, en la interacción con los demás y en cómo se trabaja.
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Asimismo, detalló, se puede manifestar en sentimientos de agotamiento, ansiedad, depresión o disminución del interés en un trabajo. Físicamente, puede provocar trastornos de sueño, disminución de la energía e incluso dolores de cabeza o de ojos.
Identifique la ciberfatiga en su equipo de trabajo
En una época donde el teletrabajo ha cobrado gran relevancia dada la crisis sanitaria que enfrentan los países de la región desde hace ya aproximadamente 18 meses, resulta muy importante que las empresas presten atención a los signos de agotamiento y otras respuestas naturales al estrés en sus colaboradores.
Así, los líderes podrán gestionar eficazmente la energía y el estado de ánimo de sus organizaciones, adoptando el enfoque adecuado para descubrir la ruta hacia las soluciones. Este enfoque comienza con una forma de escuchar mucho más profunda y holística de lo que las organizaciones están acostumbradas.
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