Enseñar a los niños y niñas desde tempranas edades sobre una adecuada alimentación es una de las prioridades del programa de Responsabilidad Social Empresarial de Cargill. Para ello, se ha echado mano de una herramienta didáctica que ha sido muy exitosa en la región: impulsar las huertas escolares.
En estos espacios, los estudiantes y sus profesores aprenden a cultivar y cosechar diferentes vegetales, verduras y legumbres que posteriormente se consumen en los comedores. Actualmente, se cuenta con 73 huertos instalados en la región que son apoyados por el trabajo de voluntarios de Cargill enfocado en brindar supervisión, mantenimiento y acompañamiento.
Los huertos escolares no solo conllevan un proceso dinámico sobre la importancia del trabajo en equipo y comer sano en la escuela y el hogar, también complementan la merienda escolar con frutas, hortalizas y legumbres. Esto se traduce en un gran beneficio para ellos porque además, a través del cultivo y cosecha en el colegio, los alumnos se vuelven promotores en sus comunidades y enseñan en el núcleo familiar las prácticas adecuadas de alimentación”, expresó Blanca Villela, Gerente Regional de RSE y Comunicación de Cargill.
En Costa Rica por ejemplo, se construyó una huerta orgánica y una huerta hidropónica en la Escuela Alfredo Volio, con una inversión superior a los US$ 6,500. Fue un trabajo integral de niños, padres y maestros.
Estos y otros resultados se encuentran en el “Informe Anual de Responsabilidad Social 2017-2018: Convivencia”.
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