Durante los últimos 10 meses los mercados de trabajo de América Latina y el Caribe han retrocedido al menos 10 años y la crisis está lejos de terminar, de acuerdo con Vinícius Pinheiro, Director Regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Llegamos a 2021 con el empleo en terapia intensiva”, dijo Pinheiro, tomando como base los principales contenidos del informe Panorama Laboral 2020 de América Latina y el Caribe. “Esta es la crisis más grande que haya registrado este informe en toda su existencia”, agregó.
De acuerdo con el directivo, frente a este escenario los países de la región enfrentan ahora el desafío de “sentar las bases para una nueva y mejor normalidad”, lo cual implicará adoptar estrategias para generar más y mejores empleos en la medida que se vaya reactive la producción y vaya disminuyendo la emergencia sanitaria.
“Ahora es indispensable lograr crecimiento económico con empleo. El empleo es crucial para reducir la pobreza y enfrentar la amplificación de las desigualdades que está dejando como secuela esta pandemia”, expresó Pinheiro.
El Panorama Laboral 2020 registra un fuerte aumento en la tasa de desocupación que subiría hasta 2,5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior, pasando de 8,1% a 10,6%. Esto significaría que el número de personas buscando empleo que no lo pueden conseguir aumenta en 5,4 millones y llega hasta 30,1 millones.
Asimismo, el informe de la OIT revela que este año se registró un inédito transito hacia la inactividad por parte de personas que desistieron de buscar trabajo ante la falta de oportunidades. La tasa de participación se desplomó en 5,4 puntos porcentuales hasta 57,2%. Más allá de los porcentajes esto significa que unas 23 millones de personas salieron de la fuerza laboral temporalmente y han perdido sus empleos y sus ingresos.
En 2021 la tasa de desocupación podría volver a subir hasta 11,2%, dijo la OIT, al considerar que influirán también factores como un crecimiento económico moderado en torno a 3,5%, insuficiente para recuperar el terreno perdido en la crisis, y la incertidumbre en torno a la evolución de la pandemia del covid-19, incluyendo los temores sobre rebrotes y sobre la eficacia de los procesos de vacunación.
Al analizar los datos disponibles sobre categorías ocupacionales al tercer trimestre, el informe de la OIT dice que la contracción del empleo fue particularmente importante en sectores de servicios como hoteles (-17,6%) y comercio (-12,0%). Por otra parte, también se observa que la crisis sanitaria afectó fuertemente el empleo en la construcción (-13,6%) y la industria (-8,9%). La menor caída de la ocupación se observó en la agricultura (-2,7%).
Pinheiro destacó que para el futuro será importante considerar las lecciones aprendidas de esta pandemia. En primer lugar, que no hay un dilema entre preservar la salud y la actividad económica pues sin salud no hay ni producción ni consumo. La seguridad y salud en el trabajo ahora es un tema clave para la reactivación.
Además destacó que será necesario hacer frente a las ‘condiciones preexistentes’. “La región fue duramente golpeada por esta crisis, incluso más que otras en el mundo, y eso se debió en gran parte a problemas estructurales que existían y conocíamos”, dijo el Director Regional de la OIT.
Por ejemplo, la persistente falta de espacio fiscal, las brechas de cobertura de la protección social, la elevada desigualdad social y la alta informalidad que pusieron en evidencia la precariedad de grandes sectores de nuestras sociedades, agregó.
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