Por: Amanda Rodas
Hace 10 años, emprender se veía como un “oficio de desempleado”. Sin embargo, la percepción ha cambiado y “se ha convertido en una moda y oportunidad de cambiar la realidad de un país”, indicó Alfredo Atanacio, Fundador y CEO de Uassist.ME.
Pese a esos avances, continúa existiendo diferencias entre emprender versus poner un negocio. De acuerdo con Atanacio, la diferencia radica en que una persona emprende porque lo mira como un estilo de vida, es decir, cómo abordar los problemas de la sociedad y poner una idea de negocios para poderlos solucionar; en cambio, poner una empresa puede ser por subsistencia, por falta de oportunidad laboral.
En El Salvador, hay 50 mil personas que entran a la vida laboral todos los años, y solo se crean entre siete a nueve mil empleos formales. Tomando como referencia esos datos, podríamos decir que hay un gran porcentaje que se dedica a emprender, pero lo hace por necesidad y no por oportunidad.
“Si nosotros queremos cambiar la realidad del país tenemos que trascender, es decir de buscar un emprendimiento de subsistencia a un emprendimiento de oportunidad”, explicó Atanacio. Y pese a los obstáculos para emprender, el tener claro emprender por oportunidad ya que lo hace por aportar al mercado salvadoreño y a la sociedad como tal.
Obstáculos de emprender en El Salvador
Acceso al financiamiento: pese a que la mayoría de países cuentan con este problema, es más acentuado en El Salvador. “Los bancos no están diseñados para un crédito para emprendedores por el tema de riesgo”, explicó.
Formalizar negocios: siete de cada diez negocios son formales. Si se quiere contar con empleos y empresas formales una de las formas para hacerlo es digitalizar un poco los trámites de inscribir un negocio.
Tasa de abandono: el país cuenta con la tasa de abandono más grande del mundo, y en parte tiene que ver con la inseguridad, sobre todo en tema de extorsión y de violencia. Muchas empresas no pueden pagar el costo de la inseguridad.
Obstáculos psicológicos: miedo al fracaso y de cómo celebramos y condenamos el fracaso. “Es un estigma al tema de fracasar, si vemos en Sillicon Valley, el fracasar es como un premio, una medalla o una tercera compañía, por la experiencia que se gana. Algunas veces fracasar es camino al éxito”, dijo.
El caso de Atanacio es un vivo ejemplo. Inició su vida como emprendedor de oportunidad con poco dinero en su bolsillo para crear su negocio Uassist.me en 2006, una empresa dedicada a brindar servicios de soportes administrativos de manera remota, es decir, asistentes virtuales y analistas de negocios. Pasó de tener tres clientes a 300 que son de todas partes del mundo: Estados Unidos, Europa, en Asia, Australia y casi todos los continentes, afirma el expero.
Alfredo recuerda que todo estos fracasos los enfrentó en su compañía, y en este mes que cumple 10 años de mantenerse en el mercado salvadoreño, aconseja a los que buscan emprender que lo hagan con base en ideas de negocios innovadoras que generen confianza y, de ser posible, con un modelo economía colaborativas. Lo más importante, de acuerdo con el experto, es “que sean negocios que tengan impacto global y que pueda trascender”.
En 10 años el emprendedor ha logrado reconocimientos como: el primer lugar en “La mejor idea de negocios” por el periódico Miami Herald, única compañía salvadoreña en ingresar al listado Inc. 5000, un listado en el que cada año la revista presenta a las 5,000 empresas estadounidenses de más rápido crecimiento; creador de Point (una comunidad de emprendedores), Fundación Colabora (creada para apoyar emprendimientos y su crecimiento) y Live, un espacio que promueve la vivienda entre estudiantes universitarios.