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El poder de la información en la educación 4.0

Para transformar los sistemas educativos de Centroamérica y adaptarse a la Revolución 4.0, se requiere comenzar con la creación de una cultura de datos sólida en cada uno de sus países.


Por: Adriana Angarita

Experta en educación superior, presidenta de Innkind y CEO de SénecaLab


(M&T)-. En este contexto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) destaca que sin información confiable y accesible, es imposible avanzar en el uso efectivo de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA), que tiene un potencial significativo para mejorar la calidad educativa y fomentar la equidad en toda la región.


Durante su cuadragésimo período de sesiones, la CEPAL identificó tres trampas del desarrollo en América Latina y el Caribe: una de baja capacidad para crecer, otra de alta desigualdad y baja movilidad social, y una tercera de bajas capacidades institucionales y débil gobernanza.


Estas trampas se intensifican con la Revolución Industrial 4.0, que exige competencias avanzadas y sistemas educativos ágiles. En este contexto, la creación de una cultura de datos se vuelve esencial para superar estos obstáculos, ya que permite a los países centroamericanos tomar decisiones informadas y diseñar políticas efectivas que aceleren su desarrollo.


El papel de la IA y la cultura de datos en la educación centroamericana


La IA abre una gama de posibilidades para la educación en Centroamérica, desde la personalización del aprendizaje hasta la mejora de la gestión educativa a través de datos en tiempo real. Sin embargo, sin una infraestructura de datos adecuada, estas aplicaciones tecnológicas quedan en el plano teórico. La recopilación y gestión de datos educativos en los países centroamericanos es el primer paso para identificar áreas de mejora y priorizar inversiones en tecnología e infraestructura educativa basadas en evidencias concretas, que podría potenciar el cierre de brechas en relación con países con mayores desarrollos en materia educativa, pero que de no hacerse le significará duplicar dicha brecha.


Un sistema de datos bien consolidado permite a los responsables de la formulación de políticas entender, por ejemplo, qué habilidades son más demandadas en el mercado laboral y cuáles deben reforzarse en el currículo. Chile y Uruguay, que ya implementan IA en sus sistemas educativos, establecieron previamente una cultura de datos robusta, lo que les permite tomar decisiones informadas y ajustar sus políticas en tiempo real, logrando así una mejora continua en sus sistemas educativos. Este enfoque también sería fundamental para Centroamérica, donde la brecha entre el sistema educativo y las necesidades del mercado laboral aún es amplia.



Aplicación de la IA en políticas públicas educativas


El uso de IA en un sistema educativo centrado en datos no solo beneficia a las aulas, sino que transforma la formulación de políticas públicas. Al analizar datos masivos, los gobiernos pueden identificar tendencias, optimizar los recursos y diseñar intervenciones educativas para reducir la deserción escolar, mejorar el rendimiento en STEM y personalizar el aprendizaje.


Este enfoque también permitiría mejorar las capacidades institucionales en Centroamérica, abordando una de las trampas del desarrollo que CEPAL ha identificado como barrera.

En Colombia, por ejemplo, el sistema educativo utiliza datos para responder rápidamente a necesidades en tiempo real, como la asignación de recursos para infraestructura en áreas rurales. En un contexto en el que Centroamérica busca mejorar la calidad educativa, un sistema de IA para la gestión pública puede hacer una diferencia importante, permitiendo adaptarse a las demandas del mercado laboral y aprovechar al máximo los recursos disponibles.


El factor humano: Docentes, administradores y estudiantes en la era de la IA


La implementación de IA en la educación no se limita a la infraestructura tecnológica; se trata de una apuesta por el desarrollo humano en todos los niveles. La capacitación de los docentes y administradores en el uso de datos y tecnologías emergentes es crucial para que la IA realmente transforme el aprendizaje. Los docentes deben estar preparados para ver la tecnología como una herramienta de apoyo en el aula, adoptando una perspectiva ética y práctica que les permita guiar a sus estudiantes en el uso responsable de la IA.


Para que los estudiantes de Centroamérica puedan acceder a una educación de calidad en la era digital, es necesario que todos los actores del sistema educativo, desde los docentes hasta los responsables de las políticas públicas, se comprometan con una cultura de datos que apoye la toma de decisiones estratégicas. Esto no solo posicionará a Centroamérica como una región competitiva en términos de innovación y equidad, sino que también brindará a sus ciudadanos la oportunidad de integrarse plenamente en un mundo cada vez más digitalizado.


La Revolución 4.0 ya está en marcha. Ahora, Centroamérica debe responder a este llamado desarrollando una cultura de datos que impulse la inteligencia artificial y permita una transformación educativa auténtica y sostenible.


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