El acceso a recursos monetarios y financieros es parte fundamental de la gestión empresarial, esto para efectos de la obtención de liquidez que permita el diligente desarrollo de las operaciones de corto plazo, o bien, el acceso a flujos pecuniarios que faculten a la entidad la obtención de activos que generen apalancamiento operativo, que por lo tanto permitan la expansión de su negocio con un mayor alcance en el mercado.
Por Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D, Asesor empresarial, abogado, profesor e investigador.
(M&T)-. La figura en cuestión es conocida como el apalancamiento financiero y operativo, señalando una diferencia de interés, esto al indicarse que el primero se refiere a la deuda propiamente, sin la necesidad de una reinversión de los recursos obtenidos, mientras que el segundo, es más enfocado en la adquisición de pasivos para efectos de su incidencia operativa, entiéndase la construcción o bien, la incorporación de nuevos activos a la operación y al giro de negocio de la empresa y su desarrollo.
Ahora bien, para efectos del acceso a los recursos financieros empresariales facilitados por un tercero, existen diferentes instrumentos en el mercado, destacando entre ellos, herramientas tales como el préstamo directo, las líneas de crédito, las deudas con garantías reales, así como otras figuras de mayor complejidad, en las cuales no necesariamente se incurre en una deuda unilateral y lineal, sino que se trabaja con diferentes sujetos colocadores de fondos, tales como la emisión de bonos, o bien, los fideicomisos como herramienta de gestión e inversión.
Estas últimas figuras, aunque no implican necesariamente la generación de una deuda monetaria por parte de la entidad para con una institución bancaria, de igual forma permiten la precisión de recursos líquidos para el financiamiento de la operación o alguna obra en particular.
Puede detallarse, e indiferentemente del modelo que desee utilizarse para efectos de lograr la obtención de los recursos pecuniarios, la importancia de la figura del riesgo financiero inherente a su determinación. Para estos efectos es necesario definir el concepto del riesgo propiamente, el cual puede ser entendido como la probabilidad material y real de la posible ocurrencia de un hecho dañoso, futuro e incierto, que de llegar a plasmarse, afecta de forma directa la capacidad de pago y el cumplimiento de la obligación financiera obtenida, señalando ser un eventualidad que pudiese o no llegar a materializarse.
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Cabe indicarse que para efectos del riesgo y su cuantificación, existen diversas metodologías que logran su precisión. En esta línea, es de interés señalar que el riesgo puede ser ponderado de diferentes formas, resaltando temas ligados a modelos beta de valoración, desviaciones estándar riesgosas, o bien, de manera mucho más precisa y novedosa, métricas ligadas a algoritmos cuánticos, que más que precisar el riesgo propiamente, permiten detallar la indeterminación de resultados, presentando escenarios probables en lo que se conoce como la amplitud de onda, es decir, en diferentes situaciones no definidas en absoluto, pero con una probabilidad de ocurrencia.
Otra variable que debe ser considerada para efectos del acceso a los recursos financieros por parte de las empresas, radica en el historial crediticio de la entidad, el cual es indicado por el comportamiento estacional o tendencial dado por la organización, esto en materia del cumplimiento pasado de otras figuras pasivas dinerarias adquiridas, así como de la operatividad misma que la empresa haya tenido en el sistema financiero formal.
En principio, este historial y con base en la misma normativa jurídica, parece ser únicamente ponderable por aquellas operaciones dadas en el sistema formal, es decir, aquel ligado a las actividades dadas para con entidades sujetas a la normativa propia del mercado financiero del país. No obstante, en lo que parece ser una aplicación práctica, de igual forma las operaciones informales parecen afectar de forma directa o indirecta el record crediticio de la entidad, precisamente derivado de una interconexión de los datos del mercado.
De la anterior surge una correlación de interés, donde logra observarse una incidencia directa del historial crediticio en la capacidad de acceso a recursos pasivos financieros en el mercado, y su afectación de forma inversa al riesgo. Esto se revela por una particularidad de interés, precisando que a menor clasificación retroactiva e histórica de la entidad en materia de su perfil deudor, mayor aceleración de la variable riesgosa parece darse, y por ende el acceso a los recursos se dificulta, debiendo forzosamente la entidad mitigar su afectación con garantías más potentes de operación.
Sin duda el perfil crediticio y el historial como sujeto pasivo empresarial juegan un papel preponderante, incluso, más allá de solo la interpretación individualizada que pueda dársele al sujeto pasivo, pues tal cual se señala, la ponderación de variables cuantitativas y la mitigación del riesgo se encuentran directamente coligadas a comportamiento histórico financiero.
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