El Open Banking, una de las principales innovaciones del sector financiero global, está transformando la forma en que los consumidores comparten sus datos financieros de manera segura con proveedores de servicios externos.
(M&T)-. Se proyecta que este modelo superará un volumen de transacciones de US$600 billones en 2027, según Statista. En Latinoamérica, su implementación avanza, pero enfrenta barreras significativas relacionadas con la privacidad y la protección de datos.
Este sistema no solo permite crear soluciones tecnológicas personalizadas que mejoran la experiencia del usuario, sino que también fomenta la competencia en el sector financiero. Además, integra herramientas como la inteligencia artificial (IA), que juega un papel crucial en la detección y prevención de amenazas cibernéticas, adaptándose a las tácticas emergentes de los ciberdelincuentes. Sin embargo, el panorama normativo de la región presenta retos diversos.
Panorama normativo en la región
En América Latina, algunos países han avanzado más que otros en la regulación de este ecosistema financiero. Brasil lidera con una legislación integral que complementa su sistema de pagos inmediatos. Chile implementará leyes Fintech en 2026, mientras que México, a pesar de haber iniciado en 2018, enfrenta retrasos. En naciones como Argentina, Perú y Colombia, la adopción de marcos normativos todavía encuentra obstáculos técnicos y regulatorios que ralentizan su consolidación.
Paola Sánchez, directora de Desarrollo de Negocios de RiskShield en INFORM para LATAM, señala que la colaboración entre reguladores y empresas es clave para garantizar un entorno seguro y eficiente. Según la ejecutiva, “el uso de APIs y tecnologías avanzadas de prevención de fraude son fundamentales para mitigar los riesgos asociados al Open Banking”.
Innovación y seguridad: claves del éxito
El éxito de este modelo depende de herramientas tecnológicas flexibles y adaptativas, como las soluciones de IA híbrida. Estas permiten:
Compartir datos de forma segura mediante APIs.
Monitorear actividades sospechosas relacionadas con el lavado de dinero.
Crear huellas digitales que anticipen y prevengan fraudes financieros.
Sánchez enfatiza que la rapidez en la toma de decisiones y la capacidad de respuesta en milisegundos son esenciales para garantizar la seguridad en un entorno donde los riesgos evolucionan constantemente.
Perspectivas futuras
Si bien los países de la región están promoviendo iniciativas de Open Banking, es imperativo desarrollar marcos regulatorios claros que protejan a los usuarios y fomenten la innovación financiera. Solo así será posible consolidar este modelo como una solución viable y segura en el sector financiero latinoamericano.