La industria del retail en Latinoamérica está atravesando un proceso de adaptación frente a nuevos desafíos económicos, mientras los consumidores buscan maximizar el valor de sus compras.
(M&T)-. En Panamá, los supermercados se han consolidado como los principales canales de venta de alimentos, mientras que las marcas propias continúan ganando relevancia como una opción accesible y conveniente para los consumidores.
El informe "State of Grocery" 2024, elaborado por McKinsey & Company en colaboración con Kantar, destaca cuatro tendencias fundamentales que están moldeando el comportamiento del consumidor en la región. La búsqueda de valor, la modernización de los canales de venta, el auge de las marcas propias y el crecimiento del comercio electrónico son los principales impulsores del cambio en el sector retail de Latinoamérica, evidenciando los cambios en los hábitos de consumo y las nuevas prioridades de los consumidores.
En 2023, los consumidores en Centroamérica tuvieron que gastar más para mantener el mismo nivel de consumo debido a la inflación persistente y a la reducción del poder adquisitivo. No obstante, han adoptado un enfoque más estratégico, optando por productos más económicos y ajustando sus patrones de compra para maximizar su presupuesto. Esta situación ha favorecido el crecimiento de las marcas propias, que ofrecen productos de calidad a precios competitivos, convirtiéndose en una alternativa atractiva para un número creciente de hogares.
En el caso de Panamá, durante el último año, los canales modernos como los hipermercados y supermercados se han posicionado como los favoritos de los consumidores, representando el 74% del valor de las ventas. Aunque los canales tradicionales mantienen cierta relevancia, su participación ha disminuido, mientras que las marcas propias y el canal digital han mostrado un crecimiento notable. El comercio electrónico, aunque todavía representa una pequeña parte del total de ventas, ha experimentado un crecimiento significativo, con un aumento del 29% en 2023, lo cual evidencia la adaptación de los consumidores a nuevas modalidades de compra.
Ante estas tendencias, los principales actores del sector retail están adoptando diversas estrategias, tales como el uso de analítica avanzada, la diversificación de la oferta de productos y la optimización de la cadena de suministro. Estas acciones tienen como objetivo mantener la competitividad en un entorno que cambia rápidamente, priorizando la eficiencia y una propuesta de valor más atractiva para el consumidor. La capacidad de adaptarse y responder proactivamente a estos cambios será determinante para definir el éxito de las empresas del sector en los próximos años.
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