Por Alejandra Ordóñez
(M&T)-. En una situación de cambio constante y con las secuelas que ha dejado el shock de la pandemia, las marcas han tenido que aprender que todo se reduce a innovar o morir, y que la fexibilidad es clave en su estrategia.
Y es que un plan rígido puede convertirse en una cárcel para la consecución de los resultados en un entorno cambiante, por lo que la importancia de construir y, sobre todo, de gestionar marcas con una identidad fuerte, pero líquida, que pueda adaptar su estrategia sin traicionarla, se vuelve crítica para saber responder con coherencia a diferentes escenarios.
“El covid-19 ha sido un impacto extraordinario ya que impulsó a las marcas a volver a su esencia, evaluar su propósito, a tornarse más humanas y recordar que hay personas detrás de todos los consumidores. Las marcas se convirtieron en fuentes de inspiración y esperanza y para eso ya no hay vuelta atrás”, manifiesta Natalia Cereser, gerente de lafábrica&jotabequ / GREY en Guatemala, quien asegura que el pivotar para probar cosas nuevas, tomar riesgos y saber que nada es para siempre, fueron algunas de las lecciones que aprendieron las personas y las marcas lo que las motivó a salir de la zona de confort para evolucionar y ser mejores.
Creando un vínculo perdurable
En este contexto de desafíos, LLYC, firma global de consultoría de comunicación, marketing digital y asuntos públicos, resalta que es fundamental entender que hoy más que nunca las marcas son de las personas. “El análisis de la comunicación de las marcas durante la crisis nos demuestra que las marcas con mayor reconocimiento público en su reacción han sido aquellas que se han adaptado a las conversaciones que los usuarios ya estaban impulsando y que han encontrado el punto de unión con su propósito para ser relevantes”, detalla.
Según la firma, esto las marcas lo han hecho en tres líneas: ofreciendo valor en formato de descuentos o servicios/productos gratis, generando una sensación de confort y comprensión a través de su comunicación, o resultando útiles en esos momentos tan complicados.
“Aquellos que, o bien han pretendido seguir con sus comunicaciones habituales o, en algunos casos puntuales, han pretendido utilizar la crisis como una excusa oportunista, se han encontrado con el rechazo de la sociedad”, asegura.
Y es que crear un vínculo perdurable entre consumidor y marca no es tarea sencilla. Cereser, asegura que para lograr esto lo más importante es la creencia de marca y la resonancia que ésta tenga en el consumidor. “Esto genera la lealtad de marca. Las personas se vinculan con las marcas que creen en lo mismo que ellos y los ayuda a expresar su punto de vista”, dice.
Por su parte, Isabel Blasco, partner de di Paola Latina México, hace énfasis que hace 50 años no se hablaba tanto de marcas sino de productos. Pero poco a poco, dice, la mercadotecnia y la sociedad han ido transformando este concepto y han logrado que estos productos tengan una identidad propia, personalidad y valores, con lo que el término “marca” comenzó a ganar visibilidad.
De acuerdo con la experta, actualmente las marcas deben trabajar para crear un vínculo con sus consumidores a través de la afinidad, empatía y honestidad.
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