(M&T)-. Recientemente, las acciones de la compañía Tesla sufrieron una fuerte caída luego de ser desterrada del índice ASG, elaborado por un selectivo grupo bursátil que agrupa a las 500 empresas más cotizadas que cumplen con los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza.
Lo sucedido a Tesla es un ejemplo de los cambios sistémicos en la manera de entender los negocios en todos los sectores y cómo las estrategias ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) y la sostenibilidad está cobrando cada vez más relevancia para las organizaciones de cara a sus consumidores, inversionistas y públicos estratégicos.
Las estrategias ASG han logrado ser algo que va mucho más allá de solamente ser una responsabilidad o un anunciado, se han convertido una oportunidad para construir negocios más sostenibles, para elevar la relevancia y la credibilidad de las organizaciones.
Datos de la firma EY Law, 50% de los consumidores consideran que la sostenibilidad es relevante cuando toman una decisión de compra y 42% de ellos opinan que consideraría resistirse de comprar productos o servicios de una empresa a la que se le compruebe que hizo algo ambiental o socialmente incorrecto.
Cualquier profesional que haya estado vinculado a Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y Sostenibilidad en los últimos años, habrá comprobado cómo, en muy poco tiempo, todo se ha acelerado.
La presión social, la de los inversionistas y, sobre todo, una avalancha regulatoria que se avecina para los aspectos Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG), obligarán a revisar y a reinventar todos los aspectos de esta materia.
Para Hernán Pacheco, socio líder de EY Law, la industria legal está fortalecida para apoyar a las empresas en el abordaje de estos cambios. Según datos proporcionados por el experto, 66% de stakeholders opinan que los CEO de las empresas deben tomar iniciativas para implementar políticas ASG antes de que los gobiernos adopten regulaciones a cumplir de forma obligatoria, como ya está pasando en algunos países.
Por ejemplo, en Estados Unidos, el gobierno Biden emitió una norma que requiere que las empresas registradas en la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos, (SEC, por si siglas en inglés) incluyan ciertas divulgaciones relacionadas con el clima en sus declaraciones.
Por otra parte, solo en el 2021 se aprobaron 165 iniciativas regulatorias en la Unión Europea relacionadas a las tres dimensiones de sostenibilidad.
Carmen Rovira, Socia Líder de Consultoría Contable Financiera de EY, informó que para los próximos meses podrían entrar en vigor normas y regulaciones que transformarán el reporte de la información no financiera en Europa, instrumentos cuyo objetivo fundamental es reducir la brecha existente con la información financiera.
Estos requerimientos tendrán inicialmente su mayor impacto en empresas europeas, sin embargo, la UE ha considerado que una norma con estas características beneficiará a los colaboradores en toda la cadena de valor, y también a las empresas “en lo que se refiere a la armonización, la seguridad jurídica, las condiciones de competencia equitativas y la mitigación de las ventajas competitivas injustas de terceros países derivadas de unos niveles de protección más bajos, así como del dumping social y medioambiental en el comercio internacional”.
La demanda alrededor de las políticas de sostenibilidad de las empresas está aumentando. Aquellas compañías, en la región, que aún no consideran necesario integrar factores de sostenibilidad en sus estrategias corren el peligro de perder su valor a largo plazo. No es un cambio que viene, es un cambio que ya está aquí.
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