Definido como un concepto que "se refiere a la satisfacción de las necesidades actuales de la sociedad sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades". El término -desarrollo sostenible- fue popularizado en el informe "Nuestro Futuro Común" (también conocido como el Informe Brundtland) publicado por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas en 1987.
(M&T)-. Centroamérica es una región próspera en recursos naturales, abundante en espacios y con un privilegiado espacio en el mundo. Esto gracias a la calidad de la tierra, el agua, acceso a espacios propicios para cultivar y producir. Sin embargo, es una región que, apenas, ha tomado conciencia del impacto sostenible a largo plazo.
En este sentido, Costa Rica ya cuenta con un alto valor sobre procesos que permitan llegar a la “meta 2030” que es mejorar el impacto hacia el ambiente aplicado a la producción, desarrollo y sostenibilidad de las empresas y las comunidades.
Por su lado Guatemala, cuenta con empresas comprometidas con robustecer sus planes y proyectos dirigidos a impactar positivamente en el ambiente y recursos naturales, pero no es solo eso, también es incluir a las personas, comunidades y a la sociedad entera.
Países como Honduras, El Salvador y Nicaragua continúan su propio proceso agregando el tema en agendas de gobierno, empresas y en el ámbito del día a día. Por su lado Panamá, cuenta con grandes desafíos agregados al tema debido a su propia realidad y contando con un acceso al mar incomparable como el mayor recurso natural utilizado.
Mientras, organizaciones como Naciones Unidas crean estudios y estrategias para que los diferentes países y las empresas que operan en ellos, metan como prioridad la sostenibilidad y el impacto ambiental positivo en sus operaciones.
En este sentido, se desarrollan conceptos interesante, como, por ejemplo:
Desarrollo Económico Sostenible: Significa que una economía debe ser capaz de crecer de manera equitativa y eficiente a lo largo del tiempo. Esto implica una gestión adecuada de los recursos naturales, la promoción de la innovación y la tecnología, y la creación de empleo y riqueza de manera que beneficie a toda la sociedad.
Equidad Social: El desarrollo sostenible busca la equidad y la justicia social, lo que significa que todas las personas deben tener acceso a oportunidades y recursos básicos como la educación, la atención médica, el agua potable y la vivienda. Se trata de reducir las desigualdades y garantizar que nadie se quede atrás.
Preservación Ambiental: Este pilar se centra en la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales y la protección del medio ambiente. Implica la gestión responsable de los recursos naturales, la reducción de la contaminación y la mitigación del cambio climático.
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El desarrollo sostenible busca un equilibrio entre estos tres pilares, reconociendo que el crecimiento económico no debe lograrse a expensas del medio ambiente ni a expensas de la justicia social. Es un enfoque integral que busca mejorar la calidad de vida de las personas y garantizar un futuro mejor para las generaciones venideras sin agotar los recursos naturales ni dañar el planeta. La Agenda 2030 de las Naciones Unidas, con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es un ejemplo de un marco global que promueve el desarrollo sostenible a nivel mundial.
¿Cómo se une la gobernanza con los negocios en pro de la sostenibilidad?
Como una respuesta simple, compromiso.
Existen varias iniciativas propuestas por empresas que, a través de estudios, investigación, visita, análisis y experimentación han logrado grandes avances que, sin duda alguna, han impactado los diferentes países y a una incalculable cantidad de personas que viven y se desarrollan en los sectores en dónde operan.
Inversión, la clave del desarrollo
Uno de los grandes actores que ha fomentado la inversión y el desarrollo económico al rededor del tema, es el Banco Mundial. Según dieron a conocer, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), durante el 2023, aprovechó la calificación crediticia triple A de la que ha sido acreditada, además de impulsar la solidez que cuenta en los mercados de inversión, para movilizar unos US$43,000 millones en bonos de desarrollo sostenible emitidos con diversas estructuras y vencimientos.
Este, es sin duda alguna, uno de los grandes logros en la agenda 2030, ya que de este han salido el financiamiento de varios proyectos en la región.
Además, como parte de su programa de financiamiento, el BIRF desde el primer “bono verde" en 2008, ha emitido casi US$290,000 millones en bonos etiquetados, cifra que incluye US$18,000 millones en bonos verdes.
La institución dio a conocer que ampliaron su enfoque a fin de emitir bonos de desarrollo sostenible que respalden todas sus actividades. En la actualidad, el BIRF es el principal emisor de bonos de desarrollo sostenible y utiliza los fondos obtenidos en los mercados de capitales para financiar las actividades de desarrollo en sus países miembros.
Desde la perspectiva empresarial
Progreso es una de las compañías más grandes de la región, con presencia en Guatemala, Belice, Panamá, Colombia, El Salvador y Costa Rica, ha tomado muy en serio el compromiso con la sostenibilidad.
Este año presentaron su cuarto reporte de sostenibilidad titulado “Todo Cambió” que corresponde a las acciones realizadas durante el 2022. En el incluyen el avance de una estrategia que lleva más de 10 años en marcha y que, según informaron, es su plan 2015-2025.
Con un enfoque en cuatro pilares estratégicos, es una de las inversiones más importantes realizadas en pro del ambiente en estos países.
¿Cuáles son los cuatro pilares?
Empleador Preferido: en 2022, el 94% de los colaboradores reiteraron su compromiso y adhesión al Código de Valores, Ética y Conducta, COVEC; se generaron 264 nuevas plazas de trabajo para llegar a los 3,822 colaboradores en los países que cubre el reporte. Además, las mujeres representaron el 17% de la fuerza laboral y actualmente ocupan el 26% de los puestos de decisión y autoridad. El 57% de los colaboradores de las plantas proviene de las comunidades en donde opera.
También “Progreso en todo lo que hacemos” es la nueva propuesta de la compañía referente en la región
Proveedor Favorito: en 2022, ascendió la inversión en investigación, desarrollo e innovación de nuevas soluciones para la construcción, además de enfocarse en promover soluciones habitacionales beneficiando a 1,488 familias por medio de 18 proyectos de vivienda de los programas Construyamos y Módulos Urbanos de Vivienda Sostenible, MUVIS.
Líder Ambiental: Por medio de la prevención, la responsabilidad compartida, la mejora continua, la capacitación, investigación y ciencia e innovación en materia ambiental, busca afianzar su liderazgo regional. En este sentido, se recicla o reutiliza el 61.8% de residuos ordinarios y otro 25.5% es valorizado energéticamente en los hornos de cemento. Además, el 100% de sus operaciones cumplen con el diseño eficiente de sistemas de tratamiento de aguas residuales y el 95% tiene planes de gestión del agua.
Ciudadano Responsable: en 2022, a través de AgroProgreso y Finca El Pilar, se promovieron cadenas productivas que impulsaron la autosostenibilidad de floricultores en Guatemala, logrando la exportación de 17 mil docenas de rosas hacia Estados Unidos. Asimismo, 418 hogares transformaron su vida con la iniciativa "Pisos S3", promoviendo espacios saludables, seguros y sostenibles mediante la sustitución de pisos de tierra por pisos de cemento.
“En estos 124 años de historia hemos aprendido a ser resilientes y mantenernos firmes a nuestros valores, no importando cuán difíciles sean las circunstancias a las que nos enfrentemos. Tenemos un fuerte compromiso con el desarrollo sostenible y todo lo que esto implica, para continuar nuestro legado y heredar a las próximas generaciones un futuro prometedor que les permita seguir “Construyendo juntos el país donde todos queremos vivir”, enfatiza José Miguel Torrebiarte, presidente de la Junta Directiva.
Con ello han dado a conocer que es a largo plazo el compromiso de mejorar el impacto ambiental y sostenible que permita crear una nueva realidad a las generaciones futuras.
Guatemala cuenta con varios proyectos e inversión en la misma temática.
La embajada de la India, por ejemplo, ha invertido varios millones de dólares en la implementación de paneles solares, pero no solo en ello, también en la educación y formación de personas que puedan dar soporte y mantenimiento.
Mientras, el BCIE cuenta con un plan estratégico que busca apoyar a los países a mejorar e invertir en propuestas concretas en temas de ambiente, gobernanza, comercio y sostenibilidad.
Datos y cifras:
Según el Banco Interamericano de Desarrollo BID refiere a la región como “particularmente vulnerable” al cambio climático, con un costo anual estimado para el año 2050 de US$100.000 millones, el 2,2% del producto interior bruto (PIB) de la región.
El BID también sostiene que América Latina y el Caribe es, después de Europa, la segunda región más urbanizada del planeta. Ha pasado de una tasa de urbanización del 64% en 1980 al 80 por ciento en 2014. Si continúa la tendencia de crecimiento, aproximadamente el 90% de la población de la región vivirá en ciudades en 2050.
Según Catalina Aguiar Parera, líder de la planificación, el diseño y la ejecución de la estrategia de comunicación de la división de cambio climático del BID, América Latina y El Caribe afronta el reto del cambio climático y de desarrollo. Según un artículo publicado por la especialista, hay cuatro razones poderosas para que los países apliquen políticas que contrarresten el cambio climático.
Las políticas que fomentan el crecimiento económico integrador conducen a la reducción de la pobreza, reduciendo la vulnerabilidad al cambio climático.
Los beneficios de las políticas de descarbonización incluyen un crecimiento económico adicional del 1% y la creación de 15 millones de nuevos empleos netos para 2030.
Diversificar y alinear los flujos financieros facilitará la adopción de políticas climáticas.
Reforzar la gobernanza climática es fundamental para aplicar las políticas climáticas.
Se espera un incremento considerable en la inversión hacia el impacto ambiental y sostenible para este 2024, en línea de las iniciativas privadas y públicas que establecen el siguiente año como el preámbulo a los últimos cinco años de la ejecución “verde” camino a los ODS.
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