La poca cosecha de café del periodo 2018-2019 (1.7 millones), la más baja en cuarenta años, provocó que se creara un plan que busca la producción de 2.5 millones de fanegas de café, en un plazo de tres años.
Para lograrlo, el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé) trabaja en la introducción de nuevas variedades cafetaleras que se adapten al cambio climático, resistan enfermedades, como la roya, y garanticen la productividad.
“Creemos en la alianza y articulación desde lo público liderado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Instituto, con lo privado, representado por los industriales o beneficiadores que puedan gestionar directamente esa productividad”, comentó la directora ejecutiva del Icafé, Xinia Chaves.
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Paralelo a este proyecto, se está negociando en hacer un convenio tripartito entre la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y el Icafé. El acuerdo generaría el aseguramiento de los recolectores de café por parte de la institución y permitiría que los trabajadores puedan moverse de una finca a otra sin que afecte su seguro.
Además, de cara a una mayor venta de este producto, el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, aseguró que se intensificará la promoción internacional del café costarricense con los principales compradores de Europa.
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