Por: Isaac Cohen, Analista y consultor internacional, ex-Director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.
(M&T)-. Los precios de los combustibles han llegado ahora al nivel más alto en siete años, debido a un rezago en la producción de petróleo, a medida que la economía mundial sale de la recesión causada por la pandemia.
Además, las tensiones en Europa Oriental involucran a Rusia, el tercer productor mundial de crudo con 10 millones de barriles diarios.
Ambos factores han empujado los precios a cerca de los US$100 por barril, mientras que los precios de la gasolina regular en Estados Unidos se acercan a US$4 por galón. Los analistas están justamente preocupados respecto a las consecuencias de esta combinación de tensiones geopolíticas y menos producción de petróleo, en medio de presiones inflacionarias globales.
Para lidiar con esta emergencia, los gobiernos pueden primero recurrir a sus reservas estratégicas, lo cual proporciona sólo alivio temporal.
Además, el alza de precios puede persuadir a los países productores que tienen capacidad, como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que aumenten la producción de crudo. Asimismo, los precios altos también pueden estimular a los productores en Estados Unidos, donde la producción de petróleo ha disminuido desde 13 millones de barriles por día en 2020, a 11.5 millones en 2022.
Otra medida es permitir el retorno al mercado mundial de las exportaciones petroleras de Irán, las cuales se estima que están disponibles en alrededor de 1 millón de barriles por día.
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