Guatemala es el país en dónde se encuentra esta comunidad, lo que representa un hito en la historia de sostenibilidad de la ciudad.
(M&T)-. La primera comunidad existente certificada como LEED (Leadership in Energy and Environmental Design por sus siglas en inglés) en América Latina es Condado Naranjo ubicada en Guatemala, esta se ha desarrollado desde hace 25 años a partir de un plan maestro diseñado en 1998 y, después de distintos procesos de evaluación, recibió esta distinción en su más alta categoría (LEED Platinum) de manos de Vatsal Bhatt, Vice President for Communities del U.S. Green Building Council (USGBC), durante su visita a Guatemala.
En su intervención Bhatt expuso diferentes ideas en torno a que las ciudades y las comunidades se enfrentan a muchos desafíos en la actualidad: la gente se interesa en más información sobre los lugares donde viven, trabajan, aprenden y juegan. También cada vez existe más conciencia alrededor de la relación del entorno y su impacto en la vida de las familias, tanto en infraestructura como en el bienestar integral de cada individuo.
El programa LEED for Existing Cities and Communities, es un sistema de clasificación de edificios verdes más utilizado en el mundo que tiene como fin evaluar la sostenibilidad y calidad de vida en una ciudad o comunidad. En este sentido, la implementación de sistemas sostenibles en la forma de vida de los usuarios se vuelve cada vez más necesaria dentro de la planificación de proyectos arquitectónicos, sobre todo a largo plazo.
“Una comunidad sostenible se esfuerza por ofrecer a sus residentes un nivel de vida más alto, toma medidas y ofrece resultados medibles. Por eso, cada nueva certificación LEED significa estar un paso más cerca de revolucionar los lugares donde vivimos, aprendemos, trabajamos y jugamos” afirmó Bhatt.
En la actualidad, son 300 ciudades y comunidades existentes han logrado esta certificación, otorgada en las diferentes categorías, entre estas se pueden mencionar Chicago, Illinois en categoría LEED Platinum, Dubai, Emiratos Árabes Unidos en categoría LEED Platinum, Las Vegas, Nevada en categoría LEED Gold, Atlanta,, Georgia, Estados Unidos en categoría LEED Silver.
¿Qué beneficios existen para quienes viven o trabajan en estas comunidades?
Estas comunidades, además de estar comprometidas con el medio ambiente, permiten vivir de manera más sostenible a través de acciones que impactan positivamente en los niveles de salud que se experimentan, además, la calidad del aire que se respira y del agua que se bebe, en la disminución de emisiones globales de carbono, y costos de electricidad y agua, así como en la creación de nuevos empleos.
En Condado Naranjo viven más de 2,500 familias, trabajan alrededor de 7,000 personas, y circulan a diario un promedio de 100,000 vehículos, destacan más de 25 proyectos residenciales, espacios para comercio, oficinas, logística, educación, convivencia, entretenimiento y la infraestructura necesaria para su sostenibilidad.
“Decidimos medirnos a nivel internacional, en contextos con trayectoria, reconocidos y exigentes que nos confirmen que vamos en el camino correcto buscando ser una referencia en el ámbito guatemalteco, centroamericano y latinoamericano. Haber logrado que Guatemala reciba la primera certificación LEED como comunidad existente en América Latina, nos impulsa aún más a seguir aprendiendo, aportando y compartiendo, ser parte de un efecto multiplicador en el país y en la región, e intercambiar experiencias con quienes coinciden en la visión de que la sostenibilidad es un trabajo de todos” afirmó Miguel Fernández, Gerente General de Arcos (empresa que desarrolla Condado Naranjo).
Entre ellas es importante mencionar las siguientes:
Condado Naranjo triplica la cantidad de áreas verdes que la Organización Mundial de la Salud recomienda a las ciudades, lo que permite regular la temperatura y la humedad, producir oxígeno y filtrar la radiación, absorber los contaminantes en el aire, amortiguar los ruidos y mejorar la salud física y mental.
Las laderas, que representan un tercio de toda el área desarrollada, reciben mantenimiento y cuidado, lo que facilita que las especies de flora y fauna nativas encuentren su hogar en la comunidad.
En un trabajo conjunto de tratamiento de residuos con vecinos y proveedores, se recicla alrededor de 1,4 toneladas al mes, donando lo recaudado al hogar de ancianos del área.
A través del fomento del uso responsable del agua, en la comunidad se consume alrededor de un 25% menos de agua que el promedio mundial, en términos de habitante por día.
La gestión sostenible incluye el trabajo diario en el tratamiento de aguas residuales, para evitar la contaminación de ríos y/o lagos, gestionar de manera responsable el agua de lluvia y la generación de energía renovable para la operación de diferentes etapas del manejo de agua.
La comunidad produce energía renovable a través de paneles fotovoltaicos y calentadores solares, lo que representa una reducción considerable de los costos de electricidad. A la fecha, más de 1,500 paneles fotovoltaicos y 715 calentadores solares han sido instalados.
Fernandez indicó finalmente que “para la comunidad, el reto continúa; este es un hito para Guatemala, un paso hacia un futuro sostenible y comprometido”.
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