El futuro del trabajo en Centroamérica debe avanzar de la mano de las nuevas tecnologías y la sostenibilidad, aunque la región primero debe resolver problemas estructurales como la informalidad, el acceso a seguridad social y a la educación permanente. Así lo afirman representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que presentaron en San José el reporte “Trabajar para un futuro más prometedor”, elaborado por la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo.
Ese documento destacó los nuevos factores de cambio a nivel global que también afectarán a la región centroamericana. Las autoridades explicaron que el futuro del trabajo se basa en la cuarta revolución industrial y todo lo que ello implica, como la transformación digital, las nuevas formas de producir, economías más verdes y sostenibles, así como amigables con el ambiente.
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Sin embargo, Centroamérica pese a que también debe incorporar estos aspectos, no puede dejar de lado problemas básicos que la aquejan desde hace años como la informalidad, mejor acceso a servicio social y una educación permanente. El director adjunto de la OIT para América Central, Haití, Panamá y República Dominicana, el brasileño Leonardo Ferreira, explicó que “no hay otro camino que reconocer que hay problemas estructurales, pero que también existen nuevos factores de cambio que se tiene que incorporar en la discusión”.
Costa Rica ha avanzado hacia la exploración de los servicios y exportación de dispositivos médicos, mientras El Salvador está invirtiendo en una ciudad tecnológica, pero tiene formas mucho más tradicionales de producir, lo que refleja que cada país tiene distintas demandas.
El formar talento para posteriormente incorporar a estas personas a las nuevas formas de trabajo, permitirá evitar la exclusión social, y caminar hacia una mejor participación, más inclusiva. Si la región no se prepara para el nuevo futuro del mercado, podría enfrentar un incremento de la brecha de la desigualdad, coincidieron los expertos.
El futuro del trabajo, que se augura más prometedor, no es un hecho distante y se vive y se palpa a cada instante en la sociedad. Hay algunas demandas que tienen que ser parte de las agendas públicas de los Gobiernos y pese a que la OIT no detalla cuáles serán las profesiones del futuro, sí revela que algunas serán reemplazables por la automatización. El informe “Trabajar para un futuro más prometedor”, enfoca los retos en tres ramas principales que son: Invertir en las capacidades de las personas, invertir en trabajo decente y sostenible e invertir en las instituciones del trabajo.
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